Apenas el pasado 14 de junio, al cumplirse cuatro años de la creación del CIIT y en el marco de las movilizaciones de los pueblos chimalapas, los campesinos del ejido San Juan Guichicovi, que pertenecen al municipio del mismo nombre, bloquearon la carretera Transístmica, reclamando el cumplimiento del CIIT en torno a la construcción de un hospital y un sistema de agua potable.

Justo en la zona norte del Istmo, en diversas comunidades esperan que el CIIT responda a las peticiones que presentaron durante la etapa de consulta convocada en marzo de 2019 por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), como en Paso Real, El Zarzal y Mogoñé Viejo, que pertenecen a San Juan Guichicovi, y les ofrecieron programas de viviendas.
“Al vicealmirante no lo conocemos, no ha venido a dialogar con nosotros y tampoco nos han informado si van a atender nuestras peticiones”, dice el presidente de comuneros de Ciudad Ixtepec, Obeth Ortega Martínez, al referirse al nuevo director del CIIT. “Cuando estaba Rafael Marín Mollinedo, dijo que construirían tres vados y revestirían unos canales laterales de riego”, agrega.
El 8 de febrero de este año, el gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el decreto por el que expropió poco más de 400 hectáreas de tierras comunales donde se instalará un parque industrial y por las que pagó poco más de 111 millones de peso. “Ni siquiera nos han dicho si vamos a tener fábricas o parques eólicos”, lamenta el líder campesino.

Para facilitar los trabajos, dice, su gobierno gestionó la desincorporación de las 35 hectáreas donde operó un ingenio y se le entregó al gobierno de Oaxaca, a favor del CIIT. No hay un sólo avance. ”El proyecto está parado. Me gustaría que ese centro de investigación sea retomado por el gobierno estatal y lo promueva ante las nuevas autoridades del CIIT”, señala.
“Ese diagnóstico, que reconocía la alta contaminación de la Laguna Superior, que admitía la necesidad de impulsar la siembra del maíz zapalote chico y que colocaba los conflictos agrarios como fuente de inestabilidad social, se lo entregamos al Presidente de México, López Obrador y a Marín Mollinedo. Quedó en el olvido”, acusa.
Para el asesor de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), Carlos Beas Torres, el traspaso del mando civil a la Secretaría de Marina está provocando protestas en las comunidades porque no reconoce los compromisos de las anteriores autoridades civiles, y porque los marinos no dialogan.