Más de 36 mil productores de Oaxaca esperan que gobierno de Jara apueste por defensa de maíz nativo
Desde hace 10 años campesinos del Istmo impulsan la siembra del zapalote en 200 hectáreas de tierras; ahora participan en el Plan de Desarrollo Estatal. En el suelo oaxaqueño existen 35 razas de este grano
Juchitán.- Unos 36 mil productores de maíz zapalote confían en que el gobierno de Salomón Jara (Morena) apostará por la defensa de las 35 razas de ese grano que existen en el territorio estatal, de acuerdo con las primeras directrices marcadas por la Secretaría de Fomento Agroalimentario (Sefader), en la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2022-2028.
El coordinador de la Unión de Productores y Artesanos “Tona Tati”, Tomás Chiñas Santiago, cuenta que en los primeros 100 días del nuevo gobierno ha visto la disposición del mandatario de arropar la defensa del maíz nativo, como el que siembran en la mayor parte de la planicie istmeña, el zapalote chico.
“Como productores tenemos esperanza de que la experiencia adquirida a lo largo de la última década sembrando el maíz zapalote en 200 hectáreas, para producir la semilla destinada a la resiembra para preservar la gramínea nativa, sea apoyada e impulsada por el gobierno” dice el también académico.
Lamentablemente, precisa Chiñas Santiago, el cultivo de este maíz ha sido discriminado desde hace muchos años porque a juicio de las anteriores autoridades federales y estatales su cosecha y comercialización no es redituable, como lo consideraron en su momento con el arroz, la caña y actualmente con el sorgo y ajonjolí.
El experto dice que esas autoridades estuvieron equivocadas e impulsaron la siembra de cultivos que han fracasado, mientras se abandonó al maíz zapalote, que puede convertirse en una alternativa para alcanzar la soberanía alimentaria, mediante mejores rendimientos en volúmenes y valor nutricional.
Invitado por el titular de la Sefader, Víctor López Leyva, a dos foros temáticos sobre el sector agroalimentario, Tomás Chiñas participó con una ponencia-propuesta para el Plan de Desarrollo, que consiste en las experiencias recogidas por 18 localidades istmeñas en la conservación de este maíz nativo.
Foto: Especial
“Desde hace cinco años sembramos la milpa y una vez cosechada, seleccionamos casi la mitad de 2.5 toneladas por hectárea de maíz nativo para vender y volver a sembrar, y el resto se comercializa en el mercado regional como grano listo para su transformación”, explica.
Su propuesta, dice, tiene el fundamento para que el gobierno en estos 100 días valore cómo se puede elevar el rendimiento del maíz zapalote, en volumen y en calidad de nutrición, e incluso para inhibir la venta de otros granos que, aunque dejan dinero de inmediato, limitan la producción de semillas.
“En todos los foros hemos dejado constancia de las equivocaciones que castigaron a nuestro zapalote, dejándolo sin apoyos, diciendo que el maíz nativo no es rentable”, lamenta.
Apuestan por combatir déficit del grano
El territorio nacional alberga un total de 59 razas de maíz nativo y de ellas 35 están presentes en la entidad oaxaqueña, mientras que la planicie del Istmo de Tehuantepec tiene el zapalote, que dispone de 18 variantes, explica el investigador Tomás Chiñas Santiago.
“Si fortalecemos la siembra del maíz zapalote, al menos sobre unas 80 mil hectáreas, con una producción de 2.5 toneladas por hectárea, abatiremos el déficit de maíz”, dice.
Para lograrlo, explica, se necesita un programa progresivo de apoyo al productor, con un fondo de 200 millones de pesos, que incluiría el capital de trabajo inicial de 15 mil pesos por hectárea, la construcción de pozos, la compra de fertilizantes y la adquisición de al menos 600 tractores. “Sería un programa progresivo durante los seis años de esta administración”, señala.
El investigador y especialista explica como campesinos que han vivido del campo, desean pasar de la visión paternalista de sólo sembrar para el autoconsumo, para sus animales y para la familia. “Creo que es tiempo de aprovechar la nueva ley de protección al maíz nativo y pasar al cultivo del maíz zapalote a la escala comercial”, dice desafiante.
Por años, explica el experto, han visto cómo en el Istmo ha fracasado el cultivo de arroz, caña y sorgo, mientras que el maíz zapalote sigue resistiendo a la sequía, a los fuertes vientos, a las plagas y sobre todo al abandono del gobierno. “Por eso creo que, si desde la 4T nos ven como sujetos dispuestos a desafiar la producción de autoconsumo, daremos la pelea por la soberanía alimentaria”, exclama Chiñas Santiago.
Foto: Especial
De acuerdo con los productores, de la transformación del maíz zapalote se obtienen al menos 100 productos que todos los días se consumen en el mercado regional. “Hablamos de tortillas en sus diferentes presentaciones, del totopo, del tamal, del tamalito, del guetabingui, del xe bela bihui, del pan de elote, del atole, entre muchos otros”.
“Si el gobierno de la Cuarta Transformación conoce a profundidad todos los eslabones de la cadena de valor en la transformación del zapalote, descubrirá su importancia económica”, finaliza.