Oaxaca de Juárez.– Cuando
Susi Bentzulul se acercó por primera vez a la
poesía lo hizo de forma experimental y sin estar convencida del todo. Durante un año esta joven
maya y
tsotsil exploró en un taller la fuerza de las letras y su capacidad para contener ideas sobre el mundo; sin embargo, apenas logró escribir un poema.
Hasta su segundo intento Susi Bentzulul descubrió las posibilidades de la palabra y su naturaleza como un vehículo para contar sobre aquello que le habían pedido callar en su pueblo, San Juan Chamula. Cuenta que fue entonces cuando decidió que escribiría poesía. Y que lo haría de forma disruptiva, como un posicionamiento nacido de los feminismos comunitarios contra las violencias que atraviesan desde siempre a las mujeres.
A siete años de distancia, a punto de publicar Mujeres olvidadas, un libro inédito que reúne 30 poemas de su autoría escritos en lengua tsotsil y español, y como parte de las escritoras que participarán en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), Susi Bentzulul sabe que sus letras son incómodas, pues se lo han dicho infinidad de veces, pero también está convencida que ha tejido una red de mujeres que se han convertido en las principales interlocutoras de sus letras.
Foto: Especial
“Estoy escribiendo sobre la violencia física y sexual, pero también sobre la violencia feminicida que está ocurriendo en mi contexto, en mi pueblo San Juan Chamula y que son violencias sobre las que no se hablan, normalizadas y naturalizadas. Yo creo que la poesía es un arma importante de denuncia”, dice Susi.
A sus 30 años, la joven señala con certeza que su poesía nace de las violencias que la han marcado desde su infancia, físicas y sexuales, y ejemplo de ello es su poema Yo maldigo a mi padre. También, resalta, tienen cabida aquellas violencias vividas por sus abuelas, pero que no pudieron nombrar.
“Es como revelarme contra ese sistema y decir aquí estamos y sí hemos vivido estas violencias, de las que en el contexto comunitario tú no debes hablar, esos temas que no se tocan en la comunidad”, subraya.
La decisión de hablar de lo no dicho, relata, no ha sido sencilla y la ha exiliado de alguna manera de San Juan Chamula. Es por ello que, auxiliada de plataformas digitales, ha dirigido sus mensajes a mujeres que como ella han salido del entorno comunitario.
“Tenemos otras miradas y eso ha permitido tejer una red independientemente de mujeres que ya no estamos en el pueblo, tejemos esta red con más compañeras”, dice la poeta convencida en entrevista, previo a su participación en la FILO, donde conversará con otras poetas que escriben en lenguas originarias y donde espera, confiesa, ampliar ese espacio para el diálogo.
