El sistema de justicia civil, familiar y un tanto mercantil, dijo, poco o casi nada había “capitalizado” los avances de la tecnología porque los procedimientos judiciales “se continuaban tramitando como hace medio siglo”.
Es decir, explicó, las demandas voluminosas con anexos y copias para el traslado, actuarios recorriendo la ciudad y municipios conurbados para notificar, los juzgados saturados de abogados revisando sus expedientes o presentando promociones en el momento mismo que se llevan a cabo audiencias presenciales. Todo, apuntó, en la misma oficina judicial.
“Así, la falta de adaptación de la administración de justicia a los avances tecnológicos fue puesta en evidencia con la pandemia, pero reaccionamos e hicimos los ajustes pertinentes hasta donde nuestros ordenamientos legales lo permitían”.
El presidente del TSJEO, Eduardo Pinacho, aseguró que en este contexto de pandemia el rezago lo tomaron como una gran oportunidad y apresuraron proyectos tecnológicos y de sistematización que se habían planeado a mediano y largo plazo.
En esta renovación tecnológica, informó, se diseñaron servicios en línea como el Registro Único de Notificaciones Electrónicas, la Agenda Electrónica para la presentación de demandas y promociones, así como un programa de digitalización de expedientes en los juzgados, que permite su consulta electrónica en el portal oficial.
Mientras que se instalaron kioscos electrónicos en el edificio de los juzgados civiles y familiares del Distrito Judicial del Centro, y a través de una aplicación que puede ser descargada gratuitamente en cualquier dispositivo móvil.
“Estamos dando pasos firmes para que el Poder Judicial recobre la credibilidad y confianza social, que procure la integración institucional, transitando hacia una innovación tecnológica física y nuevos modelos de gestión judicial, impulsando los medios alternativos de solución de conflictos, humanizando la justicia en un gobierno abierto en beneficio de los justiciables”, aseguró Eduardo Pinacho.