Lo antetior, acusaron, aunque autoridades federales y estatales de salud les prometieron que habría continuidad laboral, por lo que el personal médico se movilizó a la capital del país.
En ese entonces, el Presidente prometió que ningún médico o enfermera que haya estado en la primera línea de batalla contra el Covid-19 quedaría desempleado. “Van a ser contratados para que mantengan la continuidad laboral”, ofreció.
Pese a ello, a los 35 integrantes del personal médico y de enfermería que laboraron en el hospital Covid-19 del Insabi de Juchitán se les terminó el contrato el pasado 15 de este mes y aunque recibieron el ofrecimiento de que a partir del 16 de junio serían recontratados por seis meses más y enviados a centros de salud de primer nivel para fortalecer la atención médica en zonas rurales y de alta marginación, la promesa no se ha cumplido.

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“Nos engañaron. Los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), dijeron que seríamos contratados pero no ha ocurrido así. Incluso nos ofrecieron que cuando el hospital que atendió a pacientes con Covid-19 se reconvirtiera en materno-infantil, para lo cual fue construido originalmente por el Grupo México y cedido al gobierno federal, regresaríamos a laborar ahí”, lamenta la enfermera.
Tras varios días de protesta en la Ciudad de México, el personal médico no ha recibido ninguna respuesta a su petición de que vuelvan a ser contratados para que tengan la continuidad laboral.
“Sólo hemos hablado con una persona de Recursos Humanos del Insabi, que dijo que no sabe cuándo volveremos a ser contratados”, denunció Erika Alvarado.
“Aquí vamos a seguir, hasta que nos atiendan”, añadió, al tiempo de explicar que sostienen sus gastos de alimentación con el dinero de la liquidación que recibieron tras quedarse sin contrato en el hospital de Juchitán, que estaba a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“Aquí seguiremos durmiendo, en nuestros campamentos”, advierten los oaxaqueños.