Reconocen labor de Francisco Vanderhoff, sacerdote holandés impulsor campesino en Oaxaca
El sacerdote recibió el Premio Estatal y Nacional de Promoción de Agricultura Orgánica y Comercio Justo de manos del gobernador Salomón Jara
Juchitán.- Pionero de la agricultura orgánica y el comercio justo en nuestro país, el sacerdote holandés Francisco Vanderhoff valora que tras un proceso organizativo a lo largo de cuatro décadas, los productores de café agrupados en la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI) ya están preparados para enfrentar exitosamente cualquier adversidad.
“Por su capacidad de resistencia, sin recibir apoyos gubernamentales, con su fortaleza organizativa y por los conocimientos aplicados amigablemente en el campo, sin agroquímicos, los compas de UCIRI, superaron las plagas, como la roya, se levantaron de los terremotos de 2017 y salieron con vida de la pandemia de Covid-19”, resume Vanderhoff Boersma en entrevista con EL UNIVERSAL.
El pasado jueves, en el marco de la Cuarta Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Producción Orgánica (CNPO, el gobernante oaxaqueño, Salomón Jara Cruz, entregó por primera vez el Premio Estatal y Nacional de Promoción de Agricultura Orgánica y Comercio Justo al promotor Frans Vanderhoff Boersma.
“Nunca pensé que algún día me darían un premio así por lo que hago con gusto, ahora que me lo dio el gobernador, comparto el premio con mis compas de UCIRI, de quienes he aprendido mucho desde 1982”, dijo el sacerdote holandés, quien llegó a la diócesis de Tehuantepec en 1980. “En menos de cinco minutos acordé con el obispo Arturo Lona Reyes sobre mi misión campesina”, recuerda.
El doctor en Economía Política y Teología, autor de seis libros, asegura que los saberes adquiridos en estos años trabajando de lamino con los campesinos han sido plasmados en dichas obras por solicitud de ellos mismos.
Mencionó como ejemplo que “Soñamos despiertos”, su obra más reciente que salió a la luz hace unas semanas, se la solicitaron los campesinos. “Me pidieron que escribiera en unos papelitos lo que he aprendido de ellos en estos 40 años de trabajo conjunto, yo como achichincle de ellos”, dijo que se quedará en Barranca Colorada.
“Tengo 84 años de edad y Barranca (Colorada), una comunidad de campesinos zapotecos, que pertenece al municipio istmeño de Asunción Ixtaltepec, tiene un panteoncito muy bonito”, dijo el sacerdote que, perseguido por la dictadura chilena de Pinochet, fue acogido por México en la diócesis de Morelos, a cargo entonces del obispo Sergio Méndez Arceo.
El padre Frans, como le dicen los paisanos del Istmo, aprovechó la estancia del gobernador Salomón Jara para decirle que los caminos que comunican a las comunidades enclavadas en la zona cafetalera de la sierra mixe y zapoteca, “nunca los terminaron y lo que hicieron están mal hechos y ahora están destrozados”, por lo que le pidió que se reparen.