Juchitán. – Entre los pobladores de San Miguel Chimalapa, se siente la inquietud, hay un ambiente que refleja la intranquilidad que molesta, pero la gente sabe lo que le conviene y lo que le perjudica, señala el dirigente comunal, Vicente Contreras Pérez, al referirse al nuevo intento de la minera canadiense Minaurum Gold, por explorar tierras zoques en busca de oro y cobre.
La alerta entre los comuneros zoques y habitantes de los municipios vecinos como Zanatepec e Ixhuatán, y de las localidades zoques de La Cristalina, Sol y Luna y San Antonio, surgió luego que la empresa extranjera anunció el 15 de febrero que “para el proyecto de Cobre-Oro Santa Martha, presentó la solicitud de permiso de perforación a las autoridades mexicanas”.
Contreras Pérez recuerda que, en años anteriores, con una concesión otorgada por el gobierno federal, representantes de la empresa minera intentaron convencer a las autoridades comunales de que aceptaran la ejecución de trabajos de exploración sobre casi 7 mil hectáreas en tierras limítrofes con el municipio de Santo Domingo Zanatepec.
La concesión con número 20OA2020MD038, para explorar 6 mil 409 hectáreas, expedida aparentemente en 2005, tiene una vigencia de 50 años, por lo que restarían 31 años de exploración y explotación en minas conocidas como “a cielo abierto”, que a juicio del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CMDA), contaminan tierras, ríos y mantos acuíferos.
Desde el año 2016, señala el dirigente, los compañeros de la zona oriente del Istmo se solidarizaron con Los Chimalapas y rechazaron la instalación de esa y otras compañías mineras porque son “una amenaza” para los ríos Espíritu Santo, Ostuta y Novillero, que pasan entre las poblaciones que siembran mangos de exportación y viven de la ganadería.
Hasta ahora, precisa Vicente Contreras Pérez, ninguna autoridad de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y tampoco del gobierno de Oaxaca, se ha comunicado con ellos, pero con el anuncio de la compañía minera, del 15 de febrero pasado, están preparando una asamblea comunal.
“La gente ya sabe qué hacer (si la minera pide permiso para explorar), no será una decisión del comisariado sino de la asamblea, porque ella, la asamblea, es la última autoridad para autorizar o rechazar un proyecto así. Aquí, desde hace años, la gente ya dijo no a la minería y sí a la vida. No sé por qué insisten en venir. Si hay oro y cobre en nuestras tierras, que los dejen en paz”, pide esta autoridad agraria.
