En 2018, Eloy Ignacio integró la selección nacional que contendió en el torneo internacional en Medellín, Colombia, donde fue subcampeón.
Hoy la academia se prepara para contender en las categorías junior y juvenil de una competencia nacional, el 19 y 20 de febrero, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y en el campeonato internacional, que en esta ocasión se celebrará en Coatepec, Veracruz, donde Eloy enfrentará a un peleador canadiense.
Pese a sus logros, los deportistas de Warriors Thai no han logrado obtener ningún apoyo para ir a estas competencias.
Luis Sosa menciona que la escuela la puso a raíz de una petición de su maestro de poner una filial de Warriors Thai en la ciudad de Oaxaca. “Estuve viviendo en Veracruz, ahí estudié. Soy licenciado en Sociología y ahí fue donde conocí el muay thai, me gustó, hice peleas, salí a competir a varias partes del país y pues me hizo la invitación de poner una filial”, relata.
En Oaxaca, dice, son pocas las academias que imparten este arte marcial y la suya es la única que busca continuar con su enseñanza de manera tradicional. En otras instituciones, explica, se enseñan artes marciales mixtas, por ser más populares.
“El SIAM número uno en México está representado por diversas escuelas, pero en México se caracteriza por contar con una línea tradicional de lo que es este arte marcial. Porque ya hay mezcolanzas, por esto de que las artes marciales mixtas se han puesto de moda, así como sus variaciones, que es muy respetable”, añade Eloy Ignacio.

La existencia de pocas academias en el estado dedicadas a la enseñanza del muay thai también ha dificultado la organización de eventos, torneos y competencias que permitan el fogueo de los estudiantes y la difusión de este arte marcial, señala.
El muay thai nace como un medio de defensa del pueblo tailandés ante los conflictos con otras naciones invasoras, explica Luis Sosa.
En particular, detalla, en la época en que tenían conflictos con Birmania. Su práctica incluye el uso de armas, principalmente espadas, y técnicas mortales de golpes con los puños, codos y tibia o espinilla.
La disciplina se desarrolló hasta convertirse en el deporte nacional de Tailandia, cuyo auge y mayor popularidad en el mundo surgió a partir de la década de los años 80.
“Es muy particular este arte marcial, ya lo dijo Luis, se utilizan puños, codos, rodillas y patadas. Se patea, por ejemplo, y a diferencia con otras artes marciales, es con la tibia.
“Se desarrolla esa patada en específico. Empezamos a patear con empeine, pero se ocupa la tibia y con la espinilla propiamente dicha”.
Este deporte ya cuenta con reconocimiento del Consejo Olímpico y probablemente en cinco o 10 años también pueda ser parte de las competencias oficiales de las Olimpiadas, lo que implicaría mayor protección para los contendientes.
Para los deportistas, sin embargo, estos logros son el resultado de su propia iniciativa e interés, ya que cuentan con nulo apoyo institucional.
“Nos movemos bajo nuestros propios recursos, por nuestros medios, hacemos rifas, colectas y también recibimos la ayuda de amigos o negocios que nos patrocinan. Ha sido muy laborioso; nos ha costado un poco y en algunas competencias no podemos participar porque implica tener recursos económicos”, expresa Luis Sosa.
Para participar en las próximas competencias, pidieron el apoyo de instituciones del gobierno de Oaxaca, pero no obtuvieron respuesta favorable.