Octavio enseña pese a amenazas sindicales en Oaxaca

El docente se dio a conocer en 2016 por no sumarse al paro magisterial

Octavio inició su profesión a los 17 años y durante 18 años impartió clases en escuelas de la Costa, donde caminaba hasta cinco horas para llegar. Fotos: EDWIN HERNÁNDEZ/EL UNIVERSAL
Especiales 15/05/2018 09:00 Lizbeth Flores Oaxaca de Juárez, Oax. Actualizada 16:50

 “¿3x1?: 3, ¿para 5?: Dos. ¿Entendido?”.  Es la clase de Octavio Estrada, el profesor que en mayo de 2016 se dio a conocer por desafiar a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y no unirse al paro laboral.  Él continuó enseñando a sus alumnos  afuera de la primaria Leona Vicario en la capital, a pesar de las amenazas del magisterio.

Dos años después, el docente se mantiene firme por su vocación, y desde el 22 de febrero de 2017 el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) lo nombró auxiliar técnico pedagógico en la primaria Vicente Guerrero, ubicada en el centro de la capital del estado.

Aquí, su función es apoyar a todos los profesores y director de la institución, en ocasiones, da clases en sustitución de maestros, quienes por motivos de salud faltan a la escuela.

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“En esta institución no se suspenden clases, sí se trabaja, se suspende un día si el maestro se enfermó, pero no en cuestiones sindicales”, narra después de dar clases a los alumnos de tercer grado, mientras la profesora de grupo regresa.

El docente, de  52 años de edad y 35 de servicio, platica que aún recibe amenazas por parte de la Sección 22, con la cual  no concuerda en su lucha, a pesar de pertenecer a su gremio.

“¡Agárrenlo!, ¡línchelo!”, es parte del hostigamiento al que  aún se enfrenta Octavio, originario de la Ciudad de México, y quien en 2016 fue reconocido por el entonces secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. Pero a pesar del reconocimiento nacional, finalmente  se le descontaron 12 mil pesos, aún  cuando  no se sumó al paro.

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Honorable esfuerzo

Fue a temprana edad cuando Octavio decidió dedicarse a la enseñanza, con 17 años  se convirtió en profesor y durante 18 años  impartió clases en escuelas de la región de la Costa, donde para llegar a ellas le implicaba caminar hasta cinco horas.

Después de casi dos décadas de  docente fue reubicado en planteles de  Valles los Centrales. Su servicio de 35 años le ha permitido tener claro que “a los alumnos no se les abandona”, pero con nostalgia afirma  que el sistema educativo estatal se detuvo.

“No va a acabar mientras ellos, los que buscan el beneficio personal, continúen. Es falso que defiendan la educación de los niños. El tema educativo se estancó en Oaxaca”, reitera Octavio, quien se ha inspirado  en el primer secretario de Educación Pública del país: el oaxaqueño José Vasconcelos.

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Con diabetes y aplicándose insulina tres veces al día, su jornada empieza a las 05:00 de la mañana y termina a la una de la mañana del día siguiente. Dice que su hija y sus alumnos son su motivación.

“Si un día un  niño viene con ganas de aprender y se va contento, y regresa al otro día con esas mismas ganas, con eso estoy satisfecho”, expresa.

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