A los 75 años, Vicente está por graduarse del Cobao

Padre ejemplar, con promedio de excelencia; afirma que estudiar lo sanó de enfermedades

Es originario de Guerrerro y trabajó durante 50 años como ayudante de mesero en restaurantes de Acapulco; ahora, que decidió concluir sus estudios, dice que si hijo esta orgulloso de sus logros. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Especiales 20/06/2018 12:08 Lizbeth Flores Actualizada 12:08

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“Soy un joven de 25 años con 50 de experiencia”. El que habla es Vicente González Hernández, quien a sus 75 años está a punto de concluir su bachillerato,  luego de abandonar la escuela en su juventud para trabajar y ayudar a su familia.

Originario de Acapulco, Guerrero, Vicente llegó a la capital de Oaxaca hace dos años para acompañar a su hijo que decidió estudiar la universidad en el estado. Con ello, también comenzó una nueva etapa de aprendizaje para  él, cuando  decidió retomar sus estudios a los 73 años de vida.

Desde 2016, fecha en que llegó a la entidad, recibe clases en el Sistema de Educación Abierta, del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (Cobao), y  ahora está por graduarse en julio. Pero su anhelo aún no termina ahí porque la vejez no le impide seguir aprendiendo y ser exitoso, platica.

“Todos podemos llegar al éxito, y la vejez no depende de los años, sino es una deficiencia de salud, yo me siento bien de salud, me ha ayudado mucho el estudio, mi pensamiento de lograr la salud, yo he vencido la enfermedad”.

Sonriente, firme, con su uniforme, un lápiz y una libreta, acude a la  escuela cinco horas por la tarde los martes y viernes. Sus materias favoritas son Filosofía y  Matemáticas. Es un ejemplo entre sus compañeros, no sólo por su edad,  también por sus calificaciones: su promedio es de 9.5.

“Me siento bien, llevo buenas calificaciones, mis compañeros piensan que una persona adulta no retiene, pero yo digo que eso es una mentira porque la vejez no depende de los años, y si uno conserva la salud está uno apto para cualquier cosa”.

Para Vicente su situación económica tampoco ha sido un impedimento para estudiar, pues con su pensión cubre los 300 pesos que debe pagar por cada cuatrimestre y ayuda a la formación académica de su hijo Víctor, de  29 años, quien  trabaja y estudia Biología. Dice que ambos se motivan y que a diario su hijo le expresa el gozo que siente por tener un padre que se prepara: “Yo estoy orgullo de usted papá”, le dice.

Hasta antes de pensionarse,  mudarse a Oaxaca y decidirse  a invertir su tiempo en la escuela, Vicente trabajó durante más de 50 años  como ayudante de mesero en restaurantes de Acapulco.

Ahora,  es uno de los dos mil 700 alumnos que concluirá su bachillerato este año en  el Sistema de Educación Abierta, que se ofrece en 13 planteles  del Cobao, dependiente   del gobierno estatal.

Seguirse preparando

Cuando Vicente afirma  sentirse como un joven de 25 años, dice que  no está exagerando. Afirma que  no padece ninguna  enfermedad, pues  todas las ha vencido y  se siente sano, feliz y con el deseo de vivir y prepararse aún más, por eso  anhela estudiar una carrera en apicultura y después, crear su propia empresa dedicada a la crianza de las abejas para aprovechar sus productos y exportarlos a otros países.

“Estoy muy contento de seguir adelante y llegar al éxito. Quiero hacer esa pequeña industria para vivir feliz, en paz, en armonía con toda mi familia y el mundo entero, y distribuir hasta el extranjero”, expresa.

Con este objetivo se levanta todos los días, que descubrió después  de seis décadas de trabajo.

“La motivación que tengo es de que estoy estudiando, mi salud, el seguir siendo y desempeñando mi misión, descubrir el por qué estoy aquí y para qué”, sostiene Vicente.

 

 

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