Resguardan 2 especies de tortugas endémicas en Oaxaca
Centro Mexicano de la Tortuga, en Mazunte, protege ejemplares que habitan en Pochutla
Aunque miles de tortugas, principalmente de la especie golfinas, llegan a playas de Oaxaca a desovar cada año, solo un 10 por ciento de 100 huevos por cada una de ellas sobrevive, mientras de la especie laúd únicamente un 1% por cada mil, por lo que su riesgo de extinción es alto, alerta la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
En la región de la Costa del estado, la Conanp mantiene el proyecto de conservación e investigación de estos reptiles a través del Centro Mexicano de la Tortuga, creado en 1994 en el pueblo mágico de Mazunte, población que dejó de ser el centro de la caza de tortugas marinas en México para convertirse en un santuario para el cuidado de esta especie.
Aquí mantienen con vida a más de 400 ejemplares de 27 especies de quelonios, de ellas 22 son de agua dulce y cinco marinas, pero del total, solo dos son endémicas de Oaxaca, explica la bióloga de la Conanp, Martha Harpur.
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Se trata de las especies llamadas “Cabeza amarilla” y “Casquito oaxaqueña”, las cuales en vida silvestre habitan mayormente en los ríos y lagunas de Pochutla y Santa María Colotepec, ambos municipios de la región de la Costa.
Las dos han sido motivo de interés de investigadores internacionales como de China y Alemania, quienes han llegado a este lugar a conocerlas, detalla la especialista.
Aún en el territorio oaxaqueño no hay un estudio sobre estas dos especies nativas, pero la instancia federal estima un periodo de vida de hasta 40 años.
Ejemplares de la “Cabeza amarilla” y “Casquito oaxaqueña” son cuidadas por biólogos del lugar para que logren una vida adulta y se reproduzcan.
A este Centro Mexicano llegan constantemente tortugas en mal estado de salud, algunas por la contaminación del mar, por lo que son atendidas médicamente y después de sanar son liberadas a su hábitat; en lo que va de este año han recibido a tres especies marinas para su rehabilitación, algunas contenían en su organismo bolsas de plástico, explican los especialistas del espacio.
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“Ellas creemos que vamos a liberar en noviembre, también tenemos que liberarlas cuando sabemos que va a haber la comida que ellas requieren en el mar porque en aguas templadas no encuentran, sino hasta en aguas frías”, informa Martha Harpur.
Esta población animal, una de las más antiguas del mundo, sigue amenazada principalmente por la contaminación del mar, pesca, cambio climático y venta ilegal de huevos.
“Hay personas que todavía las depredan, por ejemplo en el Istmo aún las consumen, eso es lo que merma a esta población frágil. Todas las tortugas marinas están en riesgo de extinción, la que está en peligro crítico es la tortuga laúd”, señala.
Sin embargo, las especies marinas como la laúd que sobrevivan llegan a tener un periodo de hasta 80 años de existencia, mientras las de agua dulce un promedio de 35 años.
Además de la preservación, el Centro Mexicano de la Tortuga mantiene investigaciones y actualmente están enfocadas al estudio de la genética de las marinas y de apnea para conocer cuál es el consumo de oxígeno.