Restos de casas invaden ríos en el Istmo de Tehuantepec
Autoridades de Ixtaltepec y Unión Hidalgo utilizaron causes como tiraderos, sin la autorización de la Semarnat; aunque fueron instadas a retirarlos por contaminación, éstos siguen en los cuerpos de agua y tampoco han pagado las multas
La montaña de escombros se extiende por más de 500 metros de largo y alcanza cinco de alto, la misma altura del puente vehicular que atraviesa Ixtaltepec. Desde lejos parece que forma parte del río "Los Perros", como un muro de contención que lo protege, pero no, este cementerio de casas trituradas invade más de la mitad del cauce natural.
En esta población de 15 mil habitantes, mil 426 casas resultaron dañadas por el sismo del 7 de septiembre, según el censo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y casi 800 de ellas fueron demolidas.
Sus restos fracturados, ahora convertidos en escombros, fueron depositados por la autoridad municipal en el lecho del río, el mismo que en temporada de lluvia se llena con el agua que baja con fuerza de la Sierra Mixe zapoteca y que en ocasiones lo desborda.
En octubre de 2017, los integrantes de la Coordinadora Única de Damnificados de Ixtaltepec denunciaron que la decisión del alcalde Oscar Toral de utilizar el río como depósito de escombros, además de contaminar, era un riesgo latente para al menos una tercera parte de la población.
Como respuesta, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró el tiradero, pues no contaba con permisos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para usar tres mil metros cuadrados de zona federal para colocar cuatro mil 783 metros cúbicos de residuos, por lo que también exigió retirar el relleno.
A tres meses de la clausura, la petición no se ha cumplido, la autoridad municipal sigue tirando ahí los restos y el cementerio de escombros sigue creciendo, aunque la Profepa asegura que ya no se depositan ahí, pues se vigila constantemente la zona. La sanción a la autoridad de Ixtaltepec, por utilizar un cuerpo de agua como tiradero, se calculó en 3 millones de pesos, pero según Nereo García, delegado estatal de Profepa, aún no se ha concretado porque sigue el desahogo de pruebas.
Acota que la multa no concierne a toda la zona, sino a un área delimitada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua); lo más preocupante, explica, es que los residuos no se retiraron.
“No se ha sancionado porque el procedimiento no ha concluido (...) lo que es evidente es que no hay una respuesta a las medidas de urgente aplicación que le pusimos a la autoridad: retirar el relleno que hicieron en zona federal”, refiere.
La sanción a la autoridad de Ixtaltepec por utilizar un cuerpo de agua como tiradero de escombros se calculó en 3 millones de pesos.
Sin permiso
El río de Ixtaltepec no es el único que se convirtió en un cementerio de casas. En Unión Hidalgo, el edil Wilson Sánchez también aprobó la colocación de los escombros en el río Espíritu Santo, por lo que recibió un exhorto de Profepa y la orden de retirar los desechos.
La Semarnat autorizó a las autoridades de los 41 municipios afectados que los escombros fueran depositados en zonas donde no contaminen áreas forestales, reservas ecológicas y otros nichos naturales; sólo en Unión Hidalgo e Ixtaltepec no lo respetaron.
En Juchitán, aunque existe autorización para depositar los escombros de más de cuatro mil casas en un terreno del basurero municipal, a las afueras de la ciudad se han identificado al menos siete tiraderos clandestinos en la periferia, a un costado de las carreteras que conectan a la ciudad zapoteca con Tehuantepec, El Espinal, Unión Hidalgo y Playa Vicente.
Aunque las denuncias ciudadanas se presentaron ante Profepa, por estar en zonas federales, la responsable del tema es la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT), que debe coordinarse con el municipio y la Secretaría del Medio Ambiente de Oaxaca.
Contaminan no sólo el agua
Naela Altamirano Allende, abogada en Derecho Ambiental, habitante de Ixtaltpeec e integrante del colectivo Binni Biaani (gente de luz), realizó una inspección de la situación del manejo de los escombros en su población y verificó que desde los primeros días posteriores al sismo se realizó un inadecuado manejo y disposición de los mismos, lo que afecta de forma directa a la salud de la población.
De acuerdo con Naela, los escombros contaminan no sólo el agua y el suelo, sino también el aire, por lo que las personas quedan expuestas a organismos patógenos, sustancias tóxicas y metales pesados, provocando enfermedades respiratorias y diarreicas.
“Existe una Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos en donde se establece que los residuos de construcción y demolición son catalogados como de manejo especial y, por tanto, su manejo adecuado es responsabilidad de los gobiernos de las entidades; en Ixtaltpec no se respetó esa ley”, detalla la especialista.
Para la ambientalista, la disposición de los escombros en el río de Los Perros representa un riesgo mayor en temporada de lluvias, ya que esta acumulación de escombros podría generar un desborde de aguas y residuos, lo que, incluso, puede destruir el puente que comunica a Asunción Ixtaltepec con el poblado El Espinal.
Por ello, alerta la urgencia de reubicar los residuos a un sitio de disposición final que observe la legislación en la materia.