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Cuando hay sequía, los mixtecos de la Costa caminan hacia la parte alta de un cerro de Pinotepa de Don Luis. “Los tatamandones” —los más ancianos y sabios de la comunidad— llevan consigo cubetas de agua e inician un ritual en el que bañan a los niños más pequeños y rezan a los dioses Raa ta savi para pedirles que llueva.

Este lugar sagrado fue plasmado en una pintura por Eleazar López Carro en un lienzo particular: un par de tenis Converse All Star.

La historia de cómo un par de tenis se convirtió en una pieza de arte que retrata un ritual mixteco comenzó a escribirse hace 14 años en el suroeste de Oaxaca, cuando  un grupo de jóvenes fundadores de la asociación civil Grabadores Mixtecos Unidos iniciaron el proyecto “Pintando Pasos” a través del artista plástico Juan Alcázar.

El objetivo era impulsar y dar a conocer a los artistas de Pinotepa de Don Luis, generar una fuente  de ingresos, combatir la migración de su comunidad y preservar su identidad, tradiciones y memoria histórica.

“El proyecto nace a través del maestro Juan Alcázar, que era conocido del presidente del grupo Comex de México. Platicando, surgió la idea de la posibilidad de plasmar el arte mixteco en los tenis y así poder comercializarlo, un medio de trabajo para ganar un dinero y mantener a la familia; lo que antes no había”, relata Eleazar.

Se realizaron las primeras pruebas con 50 pares de tenis enviados por Comex y a su vez, las pinturas que habrían de utilizarse. Funcionó: los zapatos se vendieron con rapidez, “entonces llegaron más y más pares”.

Un año después, en 2005, la  idea se concretó a través de un contrato de colaboración entre Converse México y Grabadores Mixtecos Unidos. Las mujeres tejedoras de este municipio  también formaron parte del proyecto con  morrales  nacidos del telar de cintura, para cada par de tenis intervenidos por estos artistas. El arte de la Costa saldría al mundo calzando un par de tenis.

Calidad, su sello

Grabadores Mixtecos Unidos, la asociación que inició con el proyecto de intervenir los tenis con arte mixteco,  se constituyó legalmente en 2004 a iniciativa del maestro pintor Noé Leyva,  que contó con el apoyo del artista Juan Alcázar —quien murió en febrero de 2013, a los 58 años— y 12 jóvenes de este municipio de la Costa de Oaxaca.

“Ahora somos 14 miembros, algunos son fundadores y otros honorarios. Todos participan en la elaboración de la pintura en los pares de tenis, estamos por contrato en la asociación civil”, detalla Eleazar.

Para producir los tenis, los jóvenes se reparten ocho pares de tenis —disponibles en tallas de adultos y hasta de bebés—, los cuales deben trabajar   y entregar en el transcurso de un mes. La cuota no es obligatoria porque se busca que no haya errores en la pintura o que estén manchados, para ello  hay un control de inventario y de calidad. De la distribución de los pares de tenis se encarga Converse México y se exportan principalmente a Estados Unidos de América, Francia y Alemania, y en algunas entidades del interior de la república mexicana.

La importancia del proyecto “Pintando Pasos”, explica Eleazar, es su función como ancla de los jóvenes a  su comunidad, pues les permite obtener un ingreso económico y detener la migración.

“Muchos de nuestros paisanos se van a otro lado a trabajar y esto es un trabajo propio, algo de nosotros. Por ejemplo, los chavos, si no estuvieran aquí, quien sabe dónde estuvieran”, resalta.   La preocupación de Eleazar no es menor, sobre todo si se considera que, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI),   Pinotepa de Don Luis, el municipio donde se asienta el proyecto,  es considerado  con “muy alta marginación”, la cual se acentúa en sus 21 localidades y rancherías, por lo que  está rezagado hasta el lugar 476 entre  los 570 municipios de la entidad, por su  índice de desarrollo humano.

Además, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta  2010  el municipio tenía  6 mil 223 habitantes, para quienes las opciones de empleo eran escazas, por lo que se  considera que el  municipio  cuenta con  una alta tasa de migración que lo coloca en la categoría de “expulsor” de personas, según la CDI.

Detalla, por ejemplo, que la población económicamente activa sólo la componen   mil 718 personas, de un total de 3 mil 500; el resto, de 15 años o más, no tiene trabajo y de los que están ocupados 398 no recibe ningún ingreso, 586 menos de un salario mínimo y 440 de uno a dos salarios mínimos.

Por todas estas razones Eleazar considera que el proyecto, al dar una oportunidad de trabajo a los jóvenes, también genera bienestar para sus familias. “Siempre hemos dicho eso y eso lo tenemos muy en mente. Vemos que en este tiempo está muy difícil la situación económica, luego las drogas, el alcohol, es mejor aprender algo con la que puedas mantener a tu familia”, destaca.

Tenis con flora, fauna y leyendas

Para los mixtecos, el Colibrí surgió de una piedra de colores que el Señor del Monte aventó sobre un zorro travieso, pero al ver la belleza de los colores bajo el sol, decidió darle vida a la piedra.

Esta ave  ha sido  plasmada por estos artistas en una colección de 120 piezas en las que pintaron la simbología de 10 animales importantes dentro de su cosmovisión y origen del mundo, como el águila, el jaguar y la serpiente.

De eso se trata Pintando Pasos, explica Eleazar, de difundir  lo tradicional, leyendas y mitos de la región, elementos a los que  tratan de darle vida a través del arte que plasman en los tenis.

“Aquí creemos mucho en eso. Es lo que se plasma. A veces, también  hay pedidos especiales, por ejemplo, un cliente quiere un águila o un jaguar y también se hace. Pero lo normal que pintamos es flora, fauna, leyendas”, dice el pintor de 30 años.

La obra de los  jóvenes ha llegado, incluso, a los museos.   “Hicimos en 2010 unos especiales de puros cuentos, 10 pares”, recuerda. “Los expusimos en el Museo Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de  México”.

Converse, altruista

Según su sitio electrónico, Grupo Converse de México dona la materia prima para el proyecto y destina 100% de la venta de los tenis intervenidos a Grabadores Mixtecos Unidos, cuyo precio oscila en los 2 mil pesos, “con el fin de impulsar un proyecto de desarrollo sustentable en su comunidad y ayudar a mantener vivas sus raíces y memoria histórica”.

 El dinero de las ventas les permitió   adquirir su propio terreno y construir un edificio circular que albergará  los talleres de la asociación; anteriormente,  autoridades municipales les prestaban un local en el centro de la población, en el que apenas cabían.

Ahora, con las nuevas instalaciones, han realizado talleres en los que enseñan  pintura, grabado, escultura.

“No somos eternos, nos vamos a morir y lo más importante es dar a conocer y enseñar a otras personas para que sigan haciendo”, expresa con entusiasmo Eleazar.

“Para mí es muy bonito transmitir tu conocimiento a otras generaciones, y esa es la importancia que tiene esto. Este centro se construyó con esta finalidad de permanecer  y  mantener  la cultura de Pinotepa de Don Luis”, asegura el  artista mixteco.