Salud y transporte, focos rojos en Oaxaca a un año de convertirse en cruce obligado de migrantes
Personas en tránsito de al menos 16 países cruzan el territorio estatal en busca de llegar a Estados Unidos; al menos en seis municipios han colapsado los servicios
Juchitán. – En un año, el flujo migratorio protagonizado por miles de extranjeros procedentes de al menos 16 países de tres continentes y que atraviesa el territorio oaxaqueño colapsó diversos servicios de seis municipios del Istmo de Tehuantepec y exhibió la debilidad de las autoridades municipales en materia de atención médica y sanitaria.
Desde el puente fronterizo entre Oaxaca y Chiapas, en Los Corazones, a lo largo de casi 120 kilómetros de distancia sobre la carretera Panamericana, caminando, en mototaxis, taxis o en aventones, las personas en tránsito, hombres, mujeres, menores de edad, atraviesan cinco municipios de la zona oriente de esta región antes de llegar a Juchitán.
“En esos municipios, Chahuites, San Pedro Tapanatepec, Santo Domingo Zanatepec, Santiago Niltepec y Santo Domingo Ingenio, nos coordinamos con el personal del Instituto Nacional de Migración (INM) para riesgos epidemiológicos y atender a las mujeres embarazadas y a los menores”, señala el jefe de la Jurisdicción Sanitaria número de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Hebert Vidal Sánchez.
“Hemos atendido y canalizado a extranjeros víctimas de accidentes en el hospital comunitario de San Pedro Tapanatepec, de Ciudad Ixtepec y de Juchitán, donde también han sido atendidos migrantes con enfermedades diarreicas agudas, así como infecciones respiratorias agudas, pero el fenómeno es tan complejo que es latente el riesgo para la salud pública”, confiesa el funcionario.
De acuerdo con datos oficiales del gobierno de Oaxaca, sólo de mayo a agosto suman más de 56 mil las personas migrantes que han cruzado Oaxaca, la mayoría durante el mes de julio, mientras que en el módulo de San Pedro Tapanatepec se han atendido a más de 4 mil personas en ese mismo periodo.
Ante este alto flujo de personasen tránsito que atraviesan el territorio oaxaqueño en su afán de llegar a Estados Unidos, apenas la semana pasada el gobierno estatal reconoció que se han presentado una serie de problemáticas que afectan a la ciudadanía, pues muchos extranjeros se quedan estacionadas por varios días en ciudades del Istmo de Tehuantepec o la capital, complicando la prestación de servicios a los habitantes locales.
Pese a ello, el gobierno oaxaqueño asegura que el tema migratorio no está dentro de las facultades, ni responsabilidades estatales y sólo trabaja en coordinación con el gobierno federal en la instalación de 80 puntos o retenes dentro del territorio oaxaqueño para contener el flujo de personas.
En dichos puestos de revisión, que las autoridades oaxaqueñas denominan “puntos de rescate de migrantes”, participan elementos de la Policía Estatal y la Guardia Nacional.
Un estado de paso
A bordo de camionetas pick up y jeep, los hombres de naranja, por el color de sus uniformes que integran el Grupo Beta, perteneciente al Instituto Nacional de Migración (INM), una especie de equipo humanitario de este instituto, salen al encuentro de los migrantes sobre el asfalto y bajo el intenso calor de 35 grados de temperatura o les iluminan el paso durante la noche. "Somos seis elementos en la zona, contamos con dos pick up, dos jeeps y una ambulancia básica", refieren.
Ellos tienen prohibido dar entrevistas, así como identificarse por razones de seguridad, pero permiten fotografías sin sus rostros en los momentos que auxilian a los migrantes con agua, suero, atún y galletas. Los niños van en hombros de los mayores o en brazos de mujeres adultas. Muchos menores no van acompañados de sus padres.
“Hemos atendido a migrantes de Senegal, Burkina Faso, Mauritania, Nigeria, Eritrea y Camerún, del continente africano, de China, del asiático, de Cuba y Haití, de la región del Caribe, y los de Centro y Sudamérica, como Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Perú, que han hecho de esta ciudad juchiteca su principal centro de salida hacia el norte”, narran.
Desde Los Corazones, los migrantes abordan mototaxis de San Pedro Tapanatepec, que los dejan bajo el puente El Jícaro o Pascual Fuentes, de ahí se suben a otro mototaxi que los acerca a la desviación de La Blanca, que pertenece a Santiago Niltepec, que los acerca a Santo Domingo Ingenio, toman otro mototaxi que los acerca a La Venta, agencia de Juchitán.
Por cada tramo, los migrantes pagan entre 200 y 300 pesos, dicen las autoridades de Tapanatepec, Humberto Parrazales y de Zanatepec, Tania Isabel Escobar, quienes admiten que el flujo migratorio colapsó el servicio del transporte público municipal. Los mototaxistas han dejado de prestar el servicio a la comunidad que paga 15 pesos por viaje porque los migrantes pagan más.
En San Pedro Tapanatepec, donde actualmente funciona un albergue que sólo le permite a los migrantes una estancia de dos días, tras probar alimentos, asearse y dormir, llegan unos 400 migrantes por día, indica el edil Parrazales, quien nos obstante agradece el apoyo del gobierno de Oaxaca para atender a los extranjeros, que siguen colapsando los servicios del transporte y de salud.
También en Juchitán
A partir del mes de agosto, el incremento de este flujo migratorio también comenzó a a intensificarse en la ciudad zapoteca de Juchitán y sus pobladores han comenzado a resentirlo, pues ha trastocado el servicio del transporte público federal, los servicios de envíos de dinero, los negocios de internet en los que buscan ingresar a la aplicación CBP One para tramitar citas en la Oficina de Aduanas de USA.
En las principales avenidas de la ciudad, donde abundan los comercios, se aprecian decenas de familias venezolanas, principalmente, pidiendo dinero para que continúen su viaje, mientras que en una amplia zona periférica del crucero y las centrales camioneras cientos de extranjeros, africanos en su mayoría, duermen, comen y se asean sobre el pasto o cemento de la zona.
Para la directora de Salud del gobierno juchiteco, Lilibeth Jiménez, en esa zona hay riesgos sanitarios debido a que las personas en tránsito “desechan basura, defecan y orinan al aire libre, comen ahí mismo y enviamos brigadas de limpieza y fumigación, pero son muchos los extranjeros”, dice. No se quedan, se van, pero en menos de 12 horas llegan más.
Mientras que usuarios del transporte público federal, con destinos a la Ciudad de México; a Coatzacoalcos, Veracruz, o a Campeche se quejan debido a que desde hace al menos tres semanas pasan medio día formados en una misma fila donde por corridas unos 200 extranjeros esperan que le vendan boletos a la ciudad de Oaxaca. “Hay una sola ventanilla", dice molesto Iván Regalado, uno de los usuarios sorprendido por la magnitud de este flujo migratorio internacional.
Ante la molestia de las familias juchitecas que no han podido viajar a la ciudad de Oaxaca, debido a que acaparan el boletaje de unas 21 o 22 corridas diarias a la capital oaxaqueña, el presidente municipal de Juchitán, Miguel Sánchez Altamirano, señala que pedirá a las empresas camioneras que formen filas para migrantes y otra para las familias juchitecas.