Copala participa por primera vez en la Guelaguetza; música resalta cosmovisión de pueblos triquis

Los jóvenes ven que su participación es una oportunidad para dar a conocer que el tejido y la música tradicional, son formas de resistencia

San Miguel Copala participa por primera vez en la Guelaguetza; música resalta cosmovisión de pueblos triquis
Foto: Juana García
Más de Oaxaca 28/07/2024 13:02 Juana García Actualizada 13:02

Putla de Guerrero. – Previo a su presentación en el segundo Lunes de cerro, por las festividades de la Guelaguetza, considerada la máxima fiesta de encuentro de pueblos de Oaxaca, las mujeres y hombres pintan de rojo con su indumentaria tradicional en los ensayos en San Miguel Copala, un pueblo triqui ubicado en el municipio de Putla de Guerrero, en la Sierra Sur de Oaxaca.

Con orgullo, las mujeres de San Miguel Copala portan su huipil rojo y su enagua, sus peinetas llenas de listones de colores, mientras que los hombres visten con sus camisas de satín, pantalón de manta y su gabán, todo tejido a mano de las artesanas, ensayan una y otra vez tres pistas de música tradicional de la nación triqui que presentarán este lunes en el horario vespertino.

“Tengo trabajo, pero primero es el apoyo a la comunidad y con mucha emoción estaremos participando en la Guelaguetza”, cuenta a EL UNIVERSAL, Álvaro Hernández, quien es licenciado en enfermería. Al igual que él, otros casi 60 jóvenes estarán presentando el cuadro de baile de la triqui baja.  

San Miguel Copala al igual que otras comunidades triquis ha sido pegado por la violencia, los jóvenes ven que su participación es una oportunidad para dar a conocer que todo es malo, sino que también tienen prácticas como el tejido y la música tradicional, como formas de resistencia, las cuales se sienten dignos de representar.

Su presentación consta de cuatro pistas de música tradicional: la nochebuena, la tortolita, el colibrí verde y la calandria todas están pensadas desde la cosmovisión del pueblo triqui, explica el maestro músico, Manuel Martínez.

Por ejemplo, la nochebuena habla de la belleza de la mujer; la tortolita habla sobre una mujer rebelde; el colibrí verde, se refiere la libertad de los hombres y la calandria trata sobre los colores, aunque puede variar dependiendo de cada compositor.

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“Es un orgullo acompañar a los jóvenes verles portar la ropa tradicional, además de valorar la música tradicional”, indica el músico, cuenta en entrevista que la música del pueblo triqui habla de las plantas, los animales, de las alegrías, sobre las mujeres y hombres, sobre el amor, pero también de tristezas y padecimientos, agrega el músico con más 40 años en la música.
“Hay niños que quieren aprender, pero no hay instrumentos. Se ocupa de recursos económicos para tener acceso a los instrumentos que son los más caros, para que los jóvenes no dejen morir la música tradicional”, agregó.

Las y los jóvenes se acomodan en varias filas, para bailar al son de la música triquis, las mujeres visten de gala, usan un soyate que está tejido por las madres y abuelas, también portan su enagua, aretes, peinetas y un montón de collares.

En tanto, los hombres visten de camisa de satín y pantalón de manta, huaraches, sombrero, pañuelo, un ceñidor, bolso y su gabán hecho por las artesanas de San Miguel Copala.

“Portamos nuestro huipil con mucho orgullo, nuestras madres y abuelas nos enseñan cómo seguir tejiendo y portando nuestro traje con la frente en alto”, añade, Rosaura Domínguez Santos, estudiante de educación artística en Putla de Guerrero.

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