Víctor Cha’ca, “el obrero de la escultura” que lleva arte a NY y expone sobre nahuales en Oaxaca

Villa de Etla.- “No me atrevo a decir que soy artista. A lo mejor soy un obrero, un trabajador de la cerámica, de la escultura, de la piedra, un hacedor… quizá no soy un artista, eso, el tiempo lo va a decir”, afirma  Víctor Cha’ca, un creador zapoteco a quien el tiempo, y el propio Francisco Toledo, le han otorgado con razón el título de artista plástico. 

El originario de Juchitán de Zaragoza relata el proceso de “Teriomorfos y nahuales (Vidxa)”, una muestra que se integra por 33 piezas bidimensionales y tridimensionales que la expone a partir de este viernes 16 de febrero en el Instituto de Ciencias Jurídicas de Oaxaca, en coordinación con Arte Relieve Galería.

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En ésta, su primera ocasión incursionando en la técnica de relieve, el ritmo de su pasión por el arte le permitió terminar su obra en dos meses. “Los empecé a hacer pensando en presentar cerámica y en la técnica de relieve. Se trata de una serie de obras que representan a esta etapa de mi carrera”, señala.

Las obras son albergadas en la sala de exposiciones del Instituto de Ciencias Jurídicas, son 26 cerámicas, tres esculturas y tres óleos. La mayoría de las obras están inspiradas en los nahuales, que, según la cultura zapoteca, son los brujos que poseen la habilidad de convertirse en animales. 

“Cualquier persona que lo vea, puede asegurar que son minotauros, pero son nahuales. Mi idea es más tradicional, los brujos que se convierten en animales de noche”, reitera.

Para esta serie de obras, afirma, el proceso de creación fue espontáneo. Empezó con una idea de crear una serie de cerámicas de un metro por un metro, que no tuvieran relación entre sí; sin embargo, el proceso creativo durante el periodo mencionado, permitió que el maestro creara casi el doble de las obras que planeó en un principio.

“Lo terminé en dos meses, casi no dormí, pero la cerámica es un material muy noble. En esta ocasión, se trabajó con el taller de cerámica Canela”, acota.

Cha’ca relata que sus primeros pasos en el arte los dio pintando estandartes que se ocupaban en las iglesias y en las fiestas patronales. “Los pintores siempre tenemos necesidades, siempre tenemos escasez… mi familia no tenía dinero, apenas sobrevivíamos”, recuerda.

Los estandartes los pintaba a manera de rótulos, además practicaba sus habilidades de dibujo. “Todos mis maestros querían que yo estudiara arte; sin embargo, en mi familia me pidieron dedicarme a un oficio para tener dinero: estás loco, me decían”, confiesa.

Con ello en mente, fue carpintero, petrolero, y albañil para sostenerse y mantener a su familia. Fue hasta después de cumplir los 50 años cuando decidió dedicarse de lleno al arte y aunque en un principio, sus ganancias eran mínimas,  y tenía que continuar combinándolo con otros oficios, logró poco a poco destacar.

Cuenta que, en ese camino, conoció a otros artistas, como Francisco Toledo, también originario de Juchitán, quien, a través de la Casa de la Cultura de ese municipio istmeño lo invitaba a exposiciones en la Ciudad de México. 

Toledo, recuerda, le ofrecía alojamiento en casa de su mamá por un par de días. Posteriormente, el maestro conocido como “el oaxaqueño universal” recomendaba al artista con los coleccionistas. 

“Es buena gente, me calificaba, nunca decía que soy buen artista; sin embargo, con esa recomendación, la gente me compraba más”, recuerda.

Víctor Cha’ca, su nombre artístico, practicaba y leía libros; sin embargo, fue tiempo después cuando se apuntó en un taller que impartía Cándido Carrasco donde pulió su técnica. A él, dice el maestro, nunca le interesó leer libros, no le interesó cambiar, yo fui capaz de cambiar y dejar los estandartes, por el arte.

Actualmente, el arte le ha dado satisfacciones y recompensas en su carrera. Su obra está actualmente en colecciones en Nueva York, en San Diego, San Antonio Texas, así como en otros países. Además ha expuesto en diversas galerías de la Ciudad de México, incluyendo el Palacio de Bellas Artes  y el Museo de Arte Moderno.

“Siendo artista, puede hacer lo que uno quiere, transformar el arte. Para mí es un sueño, nunca pensé en dejar de hacer arte. Nunca dejé de soñar con que yo debía ser un artista, un obrero del arte”, finaliza.