Desde allí, sigue vendiendo los materiales que se utilizan en los rituales funerarios que los zapotecas siguen realizando, a pesar de la contingencia sanitaria, pues más que nunca la ciudad enfrenta a diario a la muerte. Del 26 de junio a la fecha suman 68 decesos y los 40 sepulcros recién abiertos en los panteones ya han sido ocupados.
Pascual reconoce que tiene miedo, pero no puede dejar de vender, la gente busca los productos para sus muertos, para las tumbas y los altares. Pero aunque no hay día que una familia no esté de luto, Pascual asegura que las ventas son pocas debido a que muchos sepelios y velorios, por recomendación sanitaria, no se realizan como indica el ritual.
Lo que más se vende, dice, son los cirios, que van frente al altar de los santos, donde se coloca el féretro del difunto.
“La verdad, desde que esto comenzó los petates de palma que se utilizan para colocar al muerto antes de meterlo en un féretro se dejaron de vender, porque ya casi no se realizan los velorios, pero sí se han vendido las sábanas blancas con que normalmente se envuelve a los muertos, también se siguen vendiendo las velas que se colocan frente al altar porque, aunque no hay velorios, sí se siguen colocando en el lugar sagrado, el altar de los santos”, explica el comerciante.

Foto: Roselia Chaca
El miedo de Pascual no es infundado, el cierre del mercado donde vendía se debió a un brote de Covid-19 entre algunos locatarios y la muerte de su administrador, José Alfredo.
Sólo las contingencias han logrado cerrar este mercado, uno de los más coloridos y exóticos del país por estar dominado en 99% de mujeres zapotecas, lo que ha inspirado a que viajeros extranjeros digan que en Juchitán existe una especie de matriarcado.
Esta es la segunda ocasión que el mercado principal de Juchitán cierra, la primera fue después del sismo del 7 de septiembre de 2017, que lo dejó muy dañado y tuvo que ser desalojado por casi dos años para su reconstrucción.
Tanto los mercados públicos 5 de Septiembre y 2 de Noviembre presentaron brotes de coronavirus y fueron cerrados por 10 días a petición de los comerciantes la semana pasada.
Tras año y medio de reconstrucción, este mercado fue reinaugurado el 11 de abril de 2019, luego de una inversión de 35 millones de pesos por parte de fundaciones, como Televisa, Harp, Banamex y Compartamos.
Durante el cierre por el terremoto, muchos comerciantes cayeron en crisis y su esperanza era recuperarse este 2020, con las fiestas de mayo y las velas zapotecas, pero la pandemia les volvió a pegar.
Es el caso de Aldrig García Ortiz, un joven comerciante, quien junto a su madre y cuñada tienen puestos de joyería y ropa típica.
Ellos decidieron cerrar cuando comenzaron los rumores de contagios, pero a diferencia de Pascual, no venden ni en su casa, por seguridad.

Foto: Roselia Chaca
“Ni en la casa estamos vendiendo por el miedo a que llegue la gente y pues no sabemos en qué condición están. Más que nada para prevenir. Nuestro giro es la joyería, pero no hay fiesta, así que estamos más jodidos que la vez del sismo. Antes, como sea íbamos al mercado y vendíamos poco, pero vendíamos. Desde que esto comenzó sólo vendimos dos piezas de joyería, así que para contagiarnos mejor cerramos”, cuenta vía telefónica.
Aldrig y su familia esperan, no que abra el mercado dentro de una semana, sino que la emergencia pase y regresen las fiestas, porque son el elemento esencial para la reactivación económica en el comercio local.
En el Hospital General Macedonio Benítez Fuentes, 170 de sus trabajadores resultaron positivos en las pruebas rápidas por Covid-19, por lo que ya fueron enviados a sus casas, y el nosocomio entró en cuarentena; sólo funcionará su área de urgencias, y esos contagios se suman a los 20 que habían sido confirmados previamente entre el personal de salud.
De acuerdo con el reporte epidemiológico más reciente por coronavirus, en esta ciudad zapoteca se han confirmado 105 contagios y 19 muertes registradas por esta enfermedad. Mientras que en la entidad hay 7 mil 778 casos de Covid-19 y 745 fallecimientos.