Abandono convirtió al río Los Perros en un riesgo latente de inundaciones para pueblos del Istmo de Oaxaca
Tras lluvias torrenciales de este año, afluente presenta 19 puntos de riesgo; deforestación, asentamientos urbanos y contaminación por residuos sólidos, parte de la problemática
Juchitán.— El río Los Perros, el mismo que mantiene en vilo al Istmo de Tehuantepec cada que se intensifican las lluvias, tiene una longitud de 98.3 kilómetros desde su nacimiento en la sierra Mixe-Zapoteca, hasta su desembocadura en la Laguna Superior. Atraviesa nueve municipios: Guevea de Humboldt, Guienagati, Laollaga, Chihuitán, Ixtepec, Ixtaltepec, El Espinal, Juchitán y Santa María Xadani.
También llamado Las Nutrias, el río pertenece a la Región Hidrológica 22 Tehuantepec de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Con los años, las personas que que viven a lo largo de la cuenca provocaron una serie de problemas ambientales que trajeron desbordamientos, contaminación y pérdida de la vida marina en las 19 hectáreas de las lagunas Superior e Inferior, dejando a pescadores ikoots, zapotecas y zoques sin sustento.
Para una primera fase de recuperación integral de las lagunas y el río, el gobierno federal contempla una inversión de mil 300 millones de pesos, recursos extraordinarios para financiar el proyecto Plan Estratégico para el Saneamiento de la Cuenca del Río Los Perros.
Las causas
De acuerdo con los estudios realizados durante los últimos años por el Comité de la Cuenca del Río Los Perros y organismos civiles como Tona Taati’, los problemas que acumula esta zona ponen en riesgo la vida de miles de ciudadanos y destruyen el medio ambiente.
Tomás Chiñas Santiago, presidente del Comité de la Cuenca del Río Los Perros, ha recorrido durante 11 años los 98 kilómetros del afluente y señala la deforestación descontrolada y acelerada en la sierra Mixe-Zapoteca.
Los habitantes de esta zona deforestan para sembrar y utilizan la madera para uso doméstico, lo que provoca que el agua en temporada de lluvia, como la de ahora, arrastre lodo y arboles río abajo, y azolve la cuenca.
El segundo problema son los asentamientos urbanos, muchos de ellos históricos (más de 30 años), que aumentan en la ciudad de Juchitán. Conforme avanza la creación de nuevas colonias, el cauce del río se reduce en este municipio, convirtiendo la franja en un cuello de botella y en zona de riesgo.
Después de las lluvias torrenciales que han dejado las ondas tropicales, el río presentó 19 puntos de riesgo.
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En una supervisión ocular, el comité y la Conagua detectaron bordos colapsados, lo que pone en muy alto riesgo a las poblaciones con nuevas inundaciones, ya que en los últimos 13 kilómetros de la cuenca, exactamente entre Juchitán, Xadani y la Laguna, el cauce está tapado por la basura y árboles arrastrados por la corriente.
“En estos 13 kilómetros el cauce está destrozado, y eso que se han realizado trabajos de limpieza, si no la desgracia fuera más grande no sólo en Juchitán, sino también en Xadani. Es sumamente urgente limpiar y desazolvar estos kilómetros, abrir el cauce, reparar los bordos con material de banco y de gavión; si no lo hacemos tendremos una inundación más grande con las próximas lluvias. El llamado es urgente para la Conagua”, advertía Chiñas Santiago en junio; sus palabras se cumplieron.
Otro problema es la contaminación por residuos sólidos, por los basureros clandestinos a lo largo de la cuenca; tan sólo la ciudad de Juchitán genera 200 toneladas de basura al día y un porcentaje sin calcular termina en la laguna. En los nueve municipios en cuestión no existe un sistema de recolección de basura adecuado.
Los lixiviados de la basura contaminan también las aguas subterráneas, pues en Juchitán fueron detectados basureros clandestinos cerca de pozos de agua; además, el basurero principal de Juchitán está a un kilómetro y medio de criaderos de camarones, lo que ha desatado en los últimos años la protesta de pescadores libres que ven contaminada su zona.
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También están los residuos peligrosos de clínicas y hospitales que no tienen un manejo adecuado, a lo que se suman los desechos de miles de cubrebocas por la pandemia de Covid-19. Además, el comité informó que el río también está contaminado por aceites de las cocinas, restaurantes y hoteles, por lubricantes de talleres mecánicos, así como por las descargas de aguas negras de las 132 casas de un fraccionamiento.
En Juchitán se generan alrededor de 500 litros de aguas residuales por segundo, que no son saneadas porque la planta de tratamiento no sirve, así que terminan en el mar. A lo largo de la cuenca hay 10 plantas de tratamiento y ninguna funciona; sólo dos podrían hacerlo: la de El Espinal y la de Xadani.
“El gobierno quiere echar a andar la de Juchitán, pero ya les explicamos que no va a servir, será dinero vertido a la basura. Además, sirve para procesar 70 litros por segundo y generamos 500, desde allí ya no es compatible. Juchitán, según estudios realizados, requiere por lo menos cuatro plantas de tratamiento o una que procese hasta mil litros por segundo, pensando en el futuro”, explica en entrevista Tomás Chiñas.
Otro elemento que también podría estar contaminando el río, aunque es una hipótesis del comité, son los desechos de una mina de San José de Gracia en el río que es captado por la presa en Jalapa del Marqués y que ésta a su vez distribuye a los canales de riego; un brazo del canal principal que está entre Ixtaltepec y El Espinal desfoga en el río, de allí la preocupación por la contaminación por residuos mineros en campos agrícolas.
Primeros pasos para sanear
Para restaurar la cuenca de este río, se requieren miles de millones de pesos y varios años de trabajo en los nueve municipios donde pasa, pero por primera vez un gobierno federal da el primer paso con la aportación de mil 300 millones de pesos, programados para ejercerse en 2022, mientras que los trabajos de saneamientos, las plantas de tratamiento y la reparación del drenaje podrían tardar entre tres y cuatro años más, aunque los tiempos los determinará el plan maestro.
“Esos mil millones de pesos no alcanzan para resolver el problema, pero es una grandísima ayuda. Por primera vez un gobierno voltea a vernos, porque no es un problema sólo del río Los Perros, también tienen problemas los ríos Niltepec, Zanatepec, Ostuta y Espíritu Santo, que también desembocan en las lagunas; entonces, es un proyecto que busca rescatar las aguas inferiores, no sólo la Laguna Superior, sino la Inferior y el Mar Muerto, porque de ellas viven los zapotecas, los ikoots y los zoques”, dice el activista.
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El Comité de la Cuenca del Río Los Perros considera que lo más importante es que se tendrá un acompañamiento social, es decir, que existirá una auditoría ciudadana que vigile la aplicación de los recursos para resolver los problemas detectados, como el tratamiento de residuos sólidos, la deforestación, los asentamientos irregulares, la contaminación por residuos peligrosos y aguas residuales, y plantas de tratamiento, entre otros.
Para el comité, el río y las lagunas están a tiempo de ser saneados para evitar pérdidas humanas, materiales y de la propia naturaleza, las inundaciones recientes lo confirman.