Trasplante, una segunda oportunidad para vivir y ser madre

Ileana Durán recibió un riñón, logró recuperarse de insuficiencia renal y pudo tener un hijo

Nación 11/03/2018 16:44 Perla Miranda Actualizada 16:44

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Sus riñones estaban dejando de funcionar, eso le dijeron a Ileana Durán cuando tenía nueve años para tratar de explicarle lo que era la insuficiencia renal crónica degenerativa.

Durante dos años fue sometida a diálisis, se convirtió en la primer niña en el país en tener una máquina cicladora, después tuvo que acudir a sesiones de hemodiálisis hasta que el 17 de mayo de 1995 entró a un quirófano del Centro Médico Siglo XXI para que le trasplantaran un riñón.

A dos décadas de haber recibido el injerto, cuenta que se siente feliz y plena, en particular porque pudo ser madre, condición que es casi una prohibición para las mujeres que viven con un órgano trasplantado.

El jueves se conmemoró el Día Mundial del Riñón, este año el eslogan es “Riñones y salud de la mujer. Incluir, valorar, empoderar”, debido a  que coincidió con la celebración del Día Internacional de la Mujer.

En México se estima que más de 12 millones de mexicanos padecen enfermedad renal crónica y que al año mueren cerca de 80 mil personas por esta causa. Cada año se detectan al menos 40 mil nuevos casos, situación que se complica debido a que 26% de la población mexicana no cuenta con seguridad social y podría haber cerca de 3 millones de habitantes con esta enfermedad sin acceso a atención médica.

Gabriela Abundis Mora, gerente médico de nefrología de Grupo Pisa, comentó a EL UNIVERSAL que una mujer que vive con este mal y se embaraza tiene mayor riesgo de sufrir complicaciones como preclamsia o partos prematuros.

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“Riñones y salud de la mujer. Incluir, valorar, empoderar” es una oportunidad de reflexionar sobre la importancia que tiene la salud renal en las mujeres, además de promover un acceso equitativo a los sistemas sanitarios y a prevenir males del riñón, aseguró la nefróloga.

La palidez y falta de energía, comparada con otros niños, fueron los síntomas que pusieron en alerta a los papás de Ileana, por ello le realizaron una química sanguínea y una prueba de orina. Como resultado obtuvieron el diagnóstico de insuficiencia renal crónica: los riñones de su hija apenas funcionaban 30%.

En mayo de 1995, a Ileana  se le realizó un trasplante. La cirugía duró cinco horas, cuando despertó le dijeron que tenía una segunda oportunidad, su familia la apoyó para que viviera lo más normal posible, la alentaron a estudiar, practicar natación y jugar, sin importar que su alimentación fuera diferente.

Han pasado 23 años del trasplante, pero no deja de agradecer a la persona que donó sus órganos y “con ello salvó la vida de siete personas”.

Ileana estudió para ser maestra de inglés, trabajó un par de años hasta que le dijeron que estaba embarazada. “Fue complicado porque en cuanto me dieron la noticia, los médicos me querían dar una cita para hacerme un legrado, porque había riesgo de rechazar mi injerto o de perder el producto, decidí arriesgarme”.

Aunque Carlos, su hijo, nació antes de los nueve meses es un niño sano, “ya tiene 12 años y es mi todo, es ese motor que me hace seguir adelante. La mejor experiencia que me dio esa segunda oportunidad de vida fue la de ser mamá”.

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