Oaxaca, en “semáforo amarillo”, por robos en carreteras

Rafael “N” salió a las 16:50 horas del almacén de Diconsa, ubicado en la ciudad de Oaxaca, con el camión que conducía  rumbo a  Tecomaxtlahuaca, en  la  Mixteca. Cerca de San Marcos Arteaga se encontró con un retén colocado por  sujetos armados que lo  obligaron a detener la marcha y lo despojaron del camión marca International, color blanco, en el que transportaba víveres.

El asalto a Rafael “N” no fue casual. Desde 2016 los transportistas advierten que los robos en las carreteras del estado se han convertido en una constante. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a octubre de 2018 se han denunciado en promedio 11.2 asaltos  al mes.

Las cifras oficiales de la Secretaría de Gobierno (Segob) también señalan que de enero de 2016 a octubre de 2018 se denunciaron 421 robos a transportistas. En 2016 fueron 159; en 2017, 150, y en los primeros 10 meses de 2018 sumaron 112. De ese universo, 76% se comete con violencia.

Jorge Flores, vicefiscal de la Fiscalía General del Estado en la Mixteca,  afirma que las investigaciones señalan  que, por los lugares donde ocurren los asaltos, se   trata de bandas delictivas de  Puebla y Guerrero, y asegura que en  la mayoría de los casos se cometen contra vehículos con placas federales.  Lo anterior, sumado a que los ilícitos tienen lugar en  carreteras federales, determina que las investigaciones recaigan en la Procuraduría General de la República (PGR).

Alerta amarilla

Un informe de la empresa Skyangel, el cual fue entregado al Consejo Ciudadano de la Ciudad de México en agosto de este año, indica  que en el país los robos al transporte de carga terrestre  tuvieron  un incremento de 300%, al pasar de ocho casos al día en 2017 a 32 casos diarios en 2018. De acuerdo con este documento, las carreteras del país más peligrosas se ubican  en los estados de México (41% de los casos), Puebla (16%), Michoacán (10%), Guanajuato (8%) y Veracruz (6%).    Oaxaca  se encuentra en “semáforo amarillo”, por lo que los transportistas enfrentan  un “riesgo medio” de ser víctima de este tipo de delitos.

En 50% de los casos, el modus operandi  es que los vehículos son interceptados por los delincuentes cuando van en circulación, mientras que en 30% los atacan cuando se encuentran detenidos para reparar un neumático o  alguna falla mecánica, o  en las estaciones de servicio.

“Los delincuentes buscan robar productos de fácil reventa en los mercados negros, como alimentos, bebidas, combustible, misceláneos, ropa, zapatos. De dos años a la fecha hurtan hasta materia prima para la construcción y productos industriales. Se sabe que algunos embarques  fueron sobre pedido específico del delincuente”.

La empresa explica que algunos de los modus operandi que manejan los delincuentes es atacar las unidades en retenes falsos —como le sucedió a Rafael “N”—, o cuando va en movimiento les cierran el paso con  otros vehículos, dan la instrucción de que se detengan enseñando un arma de fuego, que  en algunos casos disparan.

“En 72% de los casos se secuestra al chofer para extraer la carga o para robar el camión completo, posteriormente los liberan en otro lugar, quitándoles sus pertenencias y dejándolos incomunicados”.

Respecto   a los horarios, los delincuentes prefieren las madrugadas, por la baja circulación de vehículos de otro tipo,  así como por la baja en los servicios de vigilancia, ya que al menos  45% de los reportes se dan a primeras horas de la mañana, entre  las 4:00 y las 8:00 horas.

Afirman disminución

El vicefiscal Jorge Flores afirma que  este tipo de delitos se ha reducido y  que se han implementado operativos de disuasión de parte del Ejército Mexicano y la Policía Federal; así como programas de prevención con empresarios.

Álvaro D., no está convencido de la disminución. Dice que tiene 33 años trabajando como chofer de camiones de transporte de carga y “ya le tocó” ser víctima.

Para él, la inseguridad se incrementó en la Mixteca, luego que  la Policía Federal redujo sus patrullajes a partir de las protestas sociales en 2016, sobre todo a partir de los bloqueos de profesores  de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Agrega  que varios compañeros  ya sufrieron asaltos en  carreteras del Istmo de Tehuantepec y de la Cuenca del Papaloapan.

La supervisora de la empresa de autotransporte de carga federal Paodan, Paola Concepción Castillejos, sostiene que los robos les han impactado económicamente y han tenido que recurrir a alianzas entre las empresas para evitar ser víctimas. Asegura que en menos de seis meses sufrieron el robo de dos de sus camiones. Sólo uno de los vehículos  se pudo recuperar.

“Cuando denuncias, las autoridades y los  federales ni te hacen caso. Mi padre tuvo que dedicarse a buscarlo por su cuenta”. Recientemente, agrega, pactaron con diferentes empresas   una alianza en la que acordaron que los camiones de carga salgan en convoy. Es la única forma, dice,  de  evitar ser víctimas de la delincuencia.