Devotos pescadores se alistan para festejar la Santa Cruz
Inician los preparativos de la tradicional peregrinación; unas 3 mil personas recorren 12 kilómetros hasta la capilla ubicada en el espejo lagunar
En la pequeña capilla reconstruida después del sismo de 2017, los integrantes de la mesa directiva de la sociedad de la Santa Cruz de los Pescadores alistan los preparativos para la peregrinación hacia la playa. Cuidan cada detalle para que la fiesta responda a las expectativas religiosas de miles de personas que, movidos por la fe, caminan 12 kilómetros cada año.
La peregrinación hasta la playa Santa Cruz, donde está edificada otra capilla, es una tradición que se realiza desde hace más de un siglo, cuenta Roberto Regalado López, de 93 años. Antes, la gente viajaba en carretas o a caballo por caminos cosecheros.
Desde que se construyó la carretera que va a Unión Hidalgo, en 1989, los peregrinos pagan sus promesas caminando bajo las sombras movedizas que proyectan las aspas de las torres eólicas de 80 metros de altura.
Con picos y palas, los pescadores, campesinos y peones de la construcción reparan el averiado camino para que esté listo antes del 14 de diciembre, día en el que, desde las cinco de la mañana, los peregrinos acompañan a la Santa Cruz cubierta de flores de mayo (Guié Chachi), de casa de los mayordomos hasta la capilla ubicada en el espejo lagunar.
Otros, con machete en mano, limpian los accesos cubiertos de espinos. Solidaridad y tequio se imponen por la fuerza de la fe.
“Vamos a preparar para que todo salga bien, porque viene gente de otras partes del país”, dice Luciano Terán Vicente, quien en este año será el mayordomo de la festividad, junto con su sobrina, Liliana Regalado Terán. Ambos participan en las reuniones previas que se realizan en la capilla de Santa Cruz de los Pescadores, al sur de esta ciudad zapoteca.
Los pescadores, que aún capturan sus productos con atarrayas y chinchorros, también se alistan para obtener la temporada de escamas y jaibas en todo el sistema de la laguna Superior e Inferior.
“Ha bajado la producción porque la boca barra de San Francisco tiene años cerrada”, explica el presidente de la mesa directiva, Antonio Hernández Valdivieso, quien comenta que el día de la peregrinación se regalan 300 kilos de pescados, lisa, bagre y roncador, que navegan en humeantes caldos o salen del horno.
Todos los que participan en la peregrinación, lo hacen movidos por la fe. Algunos le piden empleo o sanación a la Santa Cruz; otros van a agradecer con flores y veladoras. En el trayecto de 12 kilómetros hay dueños de potreros que dan posada a la Santa Cruz y a los peregrinos: “De manera voluntaria, nos regalan agua, atole, tamalitos, descansamos un rato y luego seguimos el camino”, refiere Hernández Valdivieso.
A seis días de la peregrinación y el baile popular al pie de la playa Santa Cruz, que se realizará el domingo 15, las colaboradoras de la mesa de directiva, conocidas con el nombre en zapoteco de Gusana Goola, Porfiria Regalado y Rosario Aquino hacen sus números con la experiencia de cocineras, para saber cuántas cajas de tomate, cuántos sacos de cebollas y chiles se deben comprar en el mercado. La mesa directiva y los mayordomos también regalan totopos.
“Como todos los años, vamos a contar con el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca y de la Policía Vial para cuidar la integridad de los peregrinos”, dice Hernández Valdivieso.
Participan más de 3 mil personas y, alrededor de la fiesta religiosa, cientos de comerciantes de dulces típicos, panes, bocadillos, juguetes y vestuario también se alistan para sus ventas durante los días 14 y 15 de diciembre.
Así, con el fervor por la Santa Cruz, los zapotecas despiden el año, siempre bajo el manto protector de su fe