Con música rap y lecturas, ochenta jóvenes superan adicciones

Casi la mitad de su vida la vivió en la calle. Durante 20 años  fue adicto a la heroína y al alcohol, se contagió de hepatitis C y padeció cirrosis. Hoy, a sus 46 años de edad, Guillermo Fernández mantiene un centro de rehabilitación y tratamiento de adicciones, drogadicción y farmacodependencia, en el que ha ayudado a decenas de personas a dejar las drogas y el alcohol.

Al entrar a la Casa de Restauración de Adicciones Doulos —palabra griega tomada la Biblia que significa “servidor por amor”—, la música de rap que sale de una pequeña bocina ameniza el patio, la canción que suena mientras esperan la hora del desayuno fue compuesta por algunos de los internos de ese centro, otros leen la biblia y unos más están sentados al sol para calentarse  de la mañana fría.

Guillermo relata que cuando superó sus adicciones y enfermedades, hace 12 años, decidió emprender la tarea de ayudar a personas que, como él, sufrían alcoholismo o dependencia a algún tipo de estupefaciente.

Durante tres años, recorrió calles, colonias y barrios de la ciudad de Oaxaca, así como de sus municipios conurbados, para buscar a quiénes ayudar. Unos aceptaban y Guillermo los enviaba a centros de rehabilitación, pero éstos le empezaron a cerrar las puertas porque muchos de los pacientes no tenían una familia que se hiciera responsable de ellos y pagara las aportaciones mensuales que se requerían.

Al no tener un lugar para enviar a las personas para su tratamiento, decidió buscar un lugar propio en el cual se pudiera atender a gente que lo necesitara, sin necesidad de tener recursos económicos o familia. Siete años después una mujer les prestó su casa sin costo alguno, la cual se ubica sobre la carretera federal 190 Oaxaca–Istmo.

Guillermo  estima que a la fecha unas 800 personas han estado internas en el centro de rehabilitación Doulos,  de las cuales aún mentiene contacto con 300 que lograron dejar su adicción a las drogas. Incluso, algunos son originarios de Sonora, Michoacán, Puebla, Veracruz y la Ciudad de México.

En este centro son atendidas unas 60 personas, quienes cuentan con el apoyo de especialistas y medicamentos. 

Actualmente hay unos 60 pacientes, muchos de ellos adictos al cristal y la heroína  o  que se  encontraban en situación de calle.

Los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat)  2016-2017 señalan que en Oaxaca se observa que en la población de 12 a 65 años de edad el consumo diario de alcohol es de 2.6%; el consumo  de manera habitual  en hombres de 18 a 65 años es de 8.6%, seguido por la población de mujeres en ese rango de edad con 3.3%, mientras que en adolescentes, tanto hombres como mujeres de 12 a 17 años, el índice es de 2.3%.

En las drogas ilegales se observa que 9.6% de la población de hombres de 12 a 65 años ha consumido alguna de estas sustancias  en ocasiones, 7.8% de éstos han consumido    marihuana y 3.9%, cocaína.

En Doulos, explica Guillermo,  el trabajo con los internos es principalmente espiritual, emocional y físico, pero también cuentan con el apoyo de especialistas que les pueden brindar atención y medicamentos, en caso de que  lo requieren en el proceso.

El programa de rehabilitación dura tres meses, pero si la persona así lo decide puede permanecer más tiempo.

Francisco Venégas llegó a este centro de rehabilitación hace cinco años. Su alcoholismo empezaba a provocar que abandonara su trabajo durante varios periodos, incluso estuvo a punto de morir en un accidente, hasta que un día, “aprovechando que estaba alcoholizado”, uno de sus hijos lo internó para ayudarle: “Yo funcionaba con alcohol,  pero es cuestión de tiempo para colapsar”, comenta.

Desde entonces, Francisco recuperó su trabajo y a sus dos hijos. Ahora continuamente acude a Doulos para apoyar en la tarea de atender  a otros  con problemas de adicciones.