A un mes del sismo, en Huatulco familias aún duermen entre puntales

Santa María Huatulco.— Los puntales de madera que sostienen el techo y las paredes  de la vivienda de Vicente Romero, en el Sector U2 de la Crucecita, Huatulco, hacen la función de un entramado de  andamios que ayudan a que la casa no se colapse ante un  posible sismo de 7.4 grados como el que los sorprendió el pasado 23 de junio, hace exactamente un mes.

En espera de la ayuda

Foto: Edwin Hernández

El apuntalamiento sobre su hogar no ocurrió por cuenta del gobierno federal, estatal ni municipal, salió del bolsillo de Vicente. Por parte del Estado mexicano, hasta el momento, sólo recibió la visita de los supervisores del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para la atención de emergencia, a través de los Servidores de la Nación, acompañados por funcionarios del gobierno estatal y municipal, quienes revisaron su casa el 29 de junio, una semana después del sismo.

Aquel momento le prometieron un informe en 15 días sobre la evaluación de daños. Pero hasta el día de hoy aún no tiene nada de esto, sólo un número de folio por daño total, pero ni un dictamen del Ejército Mexicano, ni de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), ni de alguna Coordinación de Protección Civil sobre si su casa es habitable o no. Para Vicente y su familia lo único que está de más es la incertidumbre de que otro sismo termine por derribar su único patrimonio; a pesar del miedo siguen durmiendo ente los puntales de madera.

Durante el día, Vicente, su esposa, sus dos hijos, nueras y nietos hacen su vida diaria en el patio de su vivienda, y dentro de una especie de casa de campaña provisional que le donó el Club de Roratio. No tienen otro lugar a dónde ir, por la noche regresan al interior a medio dormir.

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“El miedo no se va después de un mes [del sismo]. La incertidumbre de recibir un apoyo por parte del gobierno también sigue. Llegaron las personas de la brigada técnica, vieron el inmueble, nos censaron y se fueron. No nos dijeron si podíamos seguir adentro, si debíamos reforzar; apuntalamos porque no nos quedó de otra, porque no tenemos otro lugar a donde ir, como otros vecinos. Nos quedamos aquí a vivir, en la casa fracturada. Ha pasado un mes y seguimos sin saber cuánto nos va a tocar de apoyo, si dinero o en especie, ni para cuándo. Esto va muy lento”, explica Vicente mientras muestra a EL UNIVERSAL los graves daños que tiene su vivienda.

Datos oficiales 

Foto: Edwin Hernández

Las autoridades municipales tanto de Santa María Huatulco y Santiago Pochutla, los más afectados en la Costa por el sismo de 7.4 grados, se han reunido durante este mes con distintas dependencias del gobierno federal y estatal encargadas de atender los daños del sismo, e informa que  apenas lograron tener claridad en los datos, tanto en viviendas, escuelas y edificios públicos.

El presidente municipal de Santa María Huatulco, Giovanne Gonzales, informó a este diario que su administración hizo un primer levantamiento de los daños en viviendas, para que luego éste se verificara por la comisión de censo integrado por los tres niveles de gobierno.

A partir de ese conteo se tiene registro de 50 escuelas con daños, 240 casas con daño total, más otras 150 con daños parciales en el municipio; pero precisó que existen otras 200 viviendas que no entraron en el censo oficial debido a diversos “criterios” que la dependencia federal maneja, por lo que se está buscando los mecanismos para que sean integrados en un futuro próximo.

Foto: Edwin Hernández

“Tenemos datos ya oficiales de los censos, que ya están en trámites, pero quedaron muchos fuera, sobre todo porque no entraron en los criterios técnicos del levantamiento. Por ejemplo, uno de los criterios es que a algunas familias, que utilizan su casa como tiendita en la parte de enfrente, no se les contabilizó por ser negocio, aunque allí viven; ante esta situación, ya tenemos también identificado el número de este tipo de viviendas, y en la próxima visita del Presidente de la República a la Costa le plantearemos que extienda los apoyos a esas familias que quedaron fuera”, explicó el edil. 

Giovanne Gonzales también indicó que quedaron fuera viviendas rústicas de adobe y artesanales, a las cuales se les vino abajo sus techos de palma o lámina, por lo que la administración municipal les otorgará, a 350 familias, de cinco a seis placas de este material para cubrir sus techos.

A un kilómetro de la casa de Vicente, en la Bahía de Maguey , Filiberta Lara Liborio atiende a los pocos clientes en su restaurante “Camarón Gigante”, a pesar de la mala racha se muestra entusiasta, pues aunque la preocupación de ver alejarse el mar desde el día de sismo se le nota en la cara, para ella éste sigue sin regresar a la normalidad.

“Me asusté ese día [el pasado 23 de junio], la poca clientela que teníamos se fue desde a partir de entonces. El mar, mire —mientras señala la playa—, sigue alejado, no regresa a la normalidad , pero aún así aquí seguimos , resistiendo , soportando la pandemia y la naturaleza”, declaró Filiberta.

Hasta ahora sólo se tienen los datos públicos del último Consejo de Protección y Seguridad tras el sismo, encabezado por el gobernador Alejandro Murat, en el que los gobiernos federal y estatal enfrentan los daños a más de 10 mil viviendas, más de 700 escuelas, centros de salud, 152 monumentos históricos, y media centena de caminos y puentes.