Camaroneros resisten “naufragio” de industria pesquera en Oaxaca: recortan apoyos por 623 mdp y vigilancia
Producción de flota camaronera de Salina Cruz se desplomó a 400 toneladas. Pescadores acusan que apoyos se dan sólo a dueños de barcos, que para 2023 hay recortes de 633 mdp y se eliminan programas contra pesca ilegal
Juchitán.— Con la esperanza de lograr una buena producción de camarón, poco más de 200 pescadores zarparon el 22 de septiembre pasado hacia las agrestes aguas del Pacífico mexicano, a bordo de unas 40 vetustas embarcaciones, al abrirse la temporada, que concluirá en febrero de 2023.
Endeudados por reparar la embarcación y avituallarla para un primer viaje de 25 días, los pocos pescadores cooperativistas que aún sobreviven al desplome de la industria pesquera estatal que reside en el puerto de Salina Cruz, como los que integran la cooperativa Golfo de Tehuantepec, tienen el aliento para que no “naufraguen”.
“Andamos batallando para que el Pacífico no nos devore”, dice el representante de los pescadores de alta mar de Salina Cruz, Amós Rojas, quien añade que de acuerdo con los muestreos del Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP), se espera una buena producción de camarones de alta mar y de consumo nacional.
Acorde con cifras de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), desde la temporada 2019-2020, Oaxaca mantiene una tendencia descendente en la producción camaronera y no aparece entre los altos porcentajes de captura reportados por Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Nayarit y Baja California Sur, que concentran 92% de la producción.
Con la mirada nostálgica hacia la década de los años 80 del siglo pasado, los pescadores recuerdan que la flota camaronera de la entidad era una gran fuente de divisas por la producción y exportación de unas 800 toneladas del crustáceo de exportación al mercado estadounidense; sin embargo, 40 años después, la industria pesquera de Salina Cruz navega a la deriva.
El director de Desarrollo Pesquero del gobierno de Oaxaca, José Luis Vásquez Jiménez, explica que la baja producción camaronera en el Golfo de Tehuantepec es consecuencia de varios factores, entre ellos, la escasez de apoyos del actual gobierno federal y la falta de vigilancia en las zonas lagunares y alta mar, que propicia la pesca ilegal en periodos de veda, conocida como changuerismo.
Bajo el razonamiento de que el gobierno federal les retiró los apoyos como estímulos y subsidios por los recortes presupuestales a la actividad pesquera, los pescadores no han respetado los periodos de veda y ello repercute en una drástica reducción de las especies, señala Vásquez Jiménez.
“Lamentablemente, mientras en los meses de veda del camarón, entre febrero a septiembre, los pescadores sufrimos para obtener ingresos como taxistas o albañiles, por la falta de vigilancia de la Conapesca se incrementó la pesca furtiva, la captura ilegal mediante las embarcaciones menores conocidas como pangas y con redes de arrastre llamadas changas”, dice el pescador Eudín Millares.
Como dirigente de una de las pocas cooperativas que sobreviven, la Golfo de Tehuantepec, Millares reconoce que sin el apoyo de las autoridades petroleras del país “nuestra flota estaría amarrada al muelle sin poder salir a la pesca. Petróleos Mexicanos (Pemex) nos regala desde hace años, 29 mil litros de diésel a cada embarcación para el primer viaje de 25 días”.
A precios actuales, Pemex recién donó a los dueños de esas 44 embarcaciones, de unas 280 que existían desde mediados de los años 80, un total de 690 mil 200 pesos para que salgan a la captura del camarón en el Pacífico mexicano.
Antes se decía que dicha donación era para compensar la alta contaminación de las zonas pesqueras; en realidad fue un acuerdo apalabrado a fines del sexenio del gobernador Heladio Ramírez López, con el fin de apoyar al sector de la pesca de alta mar. Ahora, “ese apoyo de diésel por parte de la petrolera se distorsionó e injustamente se apoya a los dueños de los barcos”, dice el exdirigente pesquero Rosendo Gómez.
Representantes nacionales de la industria aún reclaman al gobierno federal el recorte a la pesca, que para este 2023 será de 633 millones de pesos, y la eliminación de media docena de programas de vigilancia y fomento al consumo.
En los últimos años, la flota camaronera de Oaxaca asentada en Salina Cruz ha logrado una producción no mayor a las 400 toneladas por temporada.