100 días de Jara. “Falta agenda de derechos humanos y hay riesgo de polarización en Oaxaca”: Educa

Nuevo gobierno cambió discurso por provenir de luchas sociales y aún puede corregir rumbo tras caer en contradicciones como su actuar contra movilizaciones, señala Marcos Arturo Leyva Madrid

100 días de Jara. “Falta agenda de derechos humanos y hay riesgo de polarización en Oaxaca”: Educa
100 días de Jara. “Falta agenda de derechos humanos y hay riesgo de polarización en Oaxaca”: Educa. Foto: Antonio Mundaca
Estatal 17/03/2023 08:00 Antonio Mundaca Actualizada 08:00

Tuxtepec.- Marcos Arturo Leyva Madrid representa una de las voces con mayor coherencia en Oaxaca para hablar de los cambios sociales. Desde 1994, cuando inició el proyecto de Servicios para una Educación Alternativa (Educa), ha visto pasar por el Palacio de Gobierno, dice, a redentores, figurines, represores, caciques, gobernadores importados y demás abanico de políticos.

 

Sobre ellos revela, con la voz pausada, que muchas veces son víctimas de sus “heroísmos de paja”. Difícilmente sus palabras son estruendosas, pero tiene la agudeza de describir la aventura de sexenios pasados o uno que apenas comienza.

 

“100 días es poco tiempo, pero también te da elementos para saber por dónde va el nuevo gobierno, yo creo que hay un discurso diferente, no por ser nuevo el gobierno, sino de donde proviene, puede ser algo banal, pero ahí cobran sentido ciertas cosas porque la mayoría del gabinete proviene de organizaciones sociales y de un trabajo partidario desde la izquierda, el discurso cambió en ese sentido y es notorio”, apunta.

Cambió el discurso, ¿pero es suficiente?

—No, no lo ha sido, pero es algo que hay que ir valorando, existió la promesa de que en el gabinete legal al menos serían oaxaqueñas y oaxaqueños, y es un elemento importante, porque conocen la realidad de las comunidades, ahora hay que ver si conociendo el estado son capaces como gobierno de generar una realidad acorde a ese conocimiento; una cosa es conocer el estado y otra realizar las acciones de política pública que necesitamos los oaxaqueños.

Veo un gobierno con contradicciones también, que pueden acentuarse si no enmienda el camino, creo que en 100 días ha demostrado que va a ser un gobierno que va ejercer el poder desde los medios de comunicación y las redes sociales, está muy metido en eso, todavía no es territorial, ha sido de conferencias, de Gozona, de estrategia de comunicación,

 

¿Un gobierno que viene de movimientos sociales, pero que apoya megaproyectos?

—A mi parecer los megaproyectos son algo que en 100 días no se puede decir nada que no sepamos, porque es un tema con el que vamos a vivir por seis años, lo que ya vemos ahora en las comunidades del Istmo son las consecuencias del proyecto Interoceánico, como la violencia o el desplazamiento, y las secuelas que ya tiene esto en contra de los derechos humanos es muy grave, la violencia que ha generado principalmente contra los pueblos indígenas.

 

Es un proyecto federal y creo que el contexto que se avecina puede ser violento, una emergencia social para los pueblos originarios del Istmo de Tehuantepec, una emergencia que no sabemos hasta dónde impactará, y para la que quizá no estamos preparados; también está el tema de minería que anunció el presidente [Andrés Manuel] López Obrador y proyectos carreteros para consolidar los megaproyectos.

¿Están desconociendo a las organizaciones sociales?

—Desconocimiento no hay, lo que creo que está cambiando es la relación con las organizaciones sociales pero lo están haciendo para sus propios fines, han declarado que tienen un padrón de 200 organizaciones sociales y es menor a las que tenía el gobierno de [Alejandro] Murat, antes según ellos había 500, es decir reconocen a menos de la mitad, pero no dicen el criterio, ni nombres. 

 

De entrada van a colocar una diferencia entre los que son para ellos y los que no, lo evidente es que habrá un sesgo y solo tendrán derecho a existir las que simpaticen con el gobierno.

Será una relación peculiar, pero en las zonas donde hay megaproyectos este discurso es peligroso porque están fallando las consultas internas y se puede caer en la polarización de la verdad absoluta en pueblos que están denunciando violaciones e irregularidades. 

 

¿Hay una apropiación del discurso del pueblo bueno?

—Más que un discurso un símbolo, ya se intentan apropiar de la narrativa con un plan estatal de desarrollo donde no se ha consultado a los pueblos, no están desarrollando sus políticas públicas en torno a los derechos humanos y no puede haber una estrategia de bienestar que no pase por el enfoque de derechos humanos.

 

Han anunciado 12 acciones estratégicas, no aparece como una acción la de derechos humanos por ningún lado, cosa que contradice a su discurso de paz y resolución de conflictividad, y es como dicen las compañeras feministas: “Lo que no se nombra no existe”.

 

No hay metodología, pero tampoco están invitando a actores que tengan algún expertise en esas problemáticas, es más probable que el plan de desarrollo ya lo tengan hecho y vayan a justificarlo con foros públicos que no fueron tan públicos.

¿Qué hay sobre el tema de los derechos humanos

—Creo que no le quieren entrar a un tema tan sensible para Oaxaca. En materia de derechos humanos, Oaxaca es un pionero con leyes de avanzada, la ley que creó la Defensoría es una ley de avanzada nacional. 

 

No hay otra figura igual, todas son comisiones estatales y ahí hemos participado por muchos años las organizaciones y el movimiento social que ahora parece va a ser “escogido”, y lo otro, no hay conocimiento en el tema de derechos humanos, no hay conocimiento de lo que hacen los defensores por parte del gobierno del estado.

El problema puede ser también que traen la idea de que el Estado puede decir quién es o quién no es defensor, igual que palomea quién es periodista o quién no. En estos 100 días han sido desafortunadas sus acciones hacia las movilizaciones, independientemente de la lectura que tenga cada uno sobre los triquis o la comunidad serrana de Santiago Xiacuí.

 

Pareciera que el gobierno no tiene capacidad de abrir diálogos de manera institucional aunque digan que se respetan las expresiones del movimiento social, porque para hacer valer su razón han necesitado primero a la policía; cuando una organización se moviliza, antes ya hubo acercamientos y el gobierno no tuvo los canales necesarios para solucionar sus demandas. Yo creo que viniendo de la lucha social tendría que ser un gobierno capaz de romper la lógica de la represión.

 

¿Es usted optimista con el sexenio?

—No sé todavía, a mitad de año sabremos cómo está el panorama, porque el gobierno estatal se verá muy pronto envuelto en la bronca de la elección de 2024 y la disputa al interior de los grupos.

 

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