Lety Gallardo, una vida dedicada a la música, la docencia y el surgir de la primera banda femenil en Oaxaca
Desde Tlahuitoltepec Mixe, pueblo de músicos, la maestra Leticia Gallardo lleva 20 años impartiendo clases a niñas, niños, jóvenes y mujeres de la Sierra Norte de Oaxaca y fue la semilla para el nacimiento de la banda Mujeres del Viento Florido
Oaxaca de Juárez.— Desde la tierra conocida como de “los jamás conquistados", la maestra Leticia Gallardo lleva 20 años impartiendo clases de música a niños, jóvenes y mujeres en la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec, comunidad Mixe de la Sierra Norte de Oaxaca, quien ha convertido a la docencia en una forma de vida.
Además, desde hace 15 años, lleva la batuta de la Banda Femenil Regional Mujeres del Viento Florido, que ha dejado en claro que la música no tiene género, pues se ha dedicado a romper estereotipos impuestos en las comunidades, conquista escenarios internacionales y ha sido una de las pocas agrupaciones que tiene la oportunidad de presentarse en el Palacio de Bellas Artes, junto con la cantante chilena Mon Laferte, así como distintas colaboraciones con la cantautora Vivir Quintana, Lila Dows, Alejandra Robles, por mencionar algunos ejemplos.
El camino de la profesora Lety la ha llevado a romper el techo de cristal desde su comunidad, y este 15 de mayo, Día del Maestro, comparte en entrevista con EL UNIVERSAL cómo la docencia y la música han fraguado quién es y cómo no podría serlo sin ellas.
“No me puedo concebir sin la música, es una forma de vivir, ahora que enseño es lo que yo quiero también para ellas (alumnas), este arte permite todas las emociones posibles”, dice.
Al estar frente a una agrupación musical de talla internacional, Gallardo refiere que es un gran compromiso, es mucha responsabilidad y un trabajo de varios años, pues “las chicas han entendido que trabajar y acompañarnos entre mujeres, es lo que nos ha abierto las puertas, conjuntar los esfuerzos, que sus voces y sus melodías se escuchen”, explica.
Además, recalca que las mujeres han abierto poco a poco espacios desde las comunidades indígenas y han marcado un precedente a las nuevas generaciones de niñas, jóvenes y mujeres en una especie de cadena de docencia donde alumnas se convierten en maestras de las nuevas generaciones.
“Por mucho tiempo estuvimos calladas, en los pueblos hemos aceptado todo, ahora decimos 'aquí estamos'; a través del arte de la música, te vuelves más fuerte, te empiezan a escuchar, te empiezan a tomar con cuenta y eso es lo que estoy tratando de fortalecer; que sus voces, sus melodías y sus inquietudes se escuchen”, afirma la docente de música.
La maestra Leticia Gallardo recuerda que no ha sido un sendero sencillo. Por ejemplo, narra, no fue fácil realizar la primera presentación de la banda femenil en la ciudad de Oaxaca, ya que estaban limitadas en recursos, tanto económicos como materiales, aunado a los diversos obstáculos que han enfrentado; pese a ello se se han consolidado como agrupación femenil y han marcado un precedente en la música, que aglutina a niñas y mujeres.
La banda femenil, bajo la dirección de la maestra Gallardo, se ha presentado en distintos escenarios internacionales como: el Lincoln Center en Nueva York; el festival del Huaso de Olmué, Valparaíso, Chile, y el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, con la cantante chilena, naturalizada mexicana, Mon Laferte.
Además, ya van por su cuarta pieza discográfica, que en una de sus colaboraciones incluye la grabación de “Canción sin Miedo”, de la cantautora Vivir Quintana, una pieza que se ha convertido en himno de la lucha feminista reciente y que tradujeron a la lengua ayuujk. La letra fue interpretada precisamente por la maestra Leticia Gallardo, así como diversas colaboraciones musicales con Mon Laferte.
“Las niñas lloraban cuando llegaron al Palacio de Bellas Artes, parece un sueño pero con mucho trabajo se fue logrando”.
El mensaje de la profesora Leticia por el 15 de mayo es que se debe “reconocer y valorar, es un gran esfuerzo que hacen todos los maestros, ya sea en educación o de música, porque estar frente a grupo no es una tarea sencilla todos los días hay que pensar qué es lo que tú le vas a enseñar a esos niños. Mi reconocimiento a todas las maestras, porque a veces tenemos que hacer el doble o triple esfuerzo por los roles que representan nuestro género y llegar a dar clases de música,llegar a los salones, es digno reconocerse, Los maestros que trabajamos en las artes, somos el equilibrio que representamos en esta sociedad, el poder llevar un poco de alegría y reflexión”.
Los inicios de la maestra Leticia Gallardo
Gallardo aún recuerda que a los ocho años inició sus clases de solfeo en el Centro de Capacitación y Desarrollo de la Cultura Mixe (CECAM), siendo una de las pocas niñas en ese momento que aprende en dicha institución musical.
“No había muchas niñas, solamente éramos tres mujeres, yo quería clases de música, aprendí solfeo y me metí a la banda, no tenía muchas nociones, pero me empecé a involucrar”, recuerda la maestra.
Una de las barreras que vivió la profesora, recuerda, es que en una época tuvo que salirse de la banda de música porque no había más niñas. “Sentía que necesitaba las clases, no dimensionaba que era algo malo no tener otras compañeras en la agrupación”, explica.
Ante el ímpetu de continuar con su formación musical, la joven pidió a su padre y al director de la institución viajar a la Ciudad de México cuando tenía 15 años. El CECAM en ese momento tenía becas para continuar su formación musical en la escuela “Ollin Yoliztli”, donde finalmente aprende a tocar el chelo.
Aún recuerda que fue también en el CECAM donde inició su labor como profesora, al impartir clases de solfeo desde 1998 al 2005. Tras culminar esa etapa inicia sus estudios en pedagogía en la ciudad de Oaxaca.
Al terminar la carrera fue cuando dio inicio a la Banda Femenil Regional Mujeres del Viento Florido, y su historia se sigue escribiendo y escuchando.