Industria impune
La actividad industrial en ninguna parte del planeta debe realizarse sin ignorar al ambiente y el entorno en que se encuentra. Descuidar el lado contaminante del sector fabril es condenar a la muerte a recursos naturales circundantes, así como a la población asentada cerca de las industrias.
Debido al deterioro ambiental que ocasionan los procesos industriales, en el mundo se han adoptado normatividades que debe cumplir la actividad industrial. México no es excepción en la creación de leyes que protegen el ambiente; el problema es que se cumple poco.
Instancias como la Comisión Nacional del Agua verifican que todos los desechos industriales en el país no afecten los recursos hídricos; de lo contrario, la industria se hace acreedora a multas y se le exigen adecuaciones necesarias para corregir el problema.
Pero de poco sirve fijar multas porque las industrias incumplen los pagos.
Desde 2012, la Conagua ha impuesto más de 10 mil sanciones económicas que ascienden a mil 306 millones de pesos, de acuerdo con información que este diario obtuvo vía transparencia. De esa cantidad, se ha logrado cobrar menos de la mitad (568 millones), quedando pendientes 738 millones. De estos, 134 millones de pesos fueron enviados para su cobro a la Coordinación General de Recaudación Fiscal, pero no hay registro de que fueran pagados. En el limbo siguen más de 604 millones y no se mandaron para ser recaudados.
En la evasión del pago de multas se encuentran tanto particulares como dependencias públicas. La deuda de organismos públicos a la Conagua llega a los 287 millones de pesos.
Entre los conceptos de imposición de multas se encuentra incluso la obstaculización de visitas y fiscalizaciones de Conagua, lo que indica la aceptación de ciertos industriales de que están violando la normatividad, y a pesar de ello siguen operando. En este caso se encuentran empresarios textileros de Puebla que además han sido sancionados por descargar residuos de forma ilegal y por no tener dispositivos para medir la cantidad y calidad de sus aguas.
Permitir que la industria incumpla el pago de las multas, por argucias legales u omisión de la autoridad, generará un círculo de impunidad que seguirá destruyendo el entorno y enfermando a miles de personas. No corregir la situación es demostrar desinterés por la vida de miles de mexicanas y mexicanos.