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Foto: INAH
Oaxaca de Juárez.- Conocidos como "Los Danzantes" de Monte Albán, capturadas en piedra en una estela localizada en el edificio L de este sitio arqueológico, se han descrito comunmente como figuras humanas desfiguradas como consecuencia de sacrificios o castigos a prisioneros de guerra, pero hay indicios de que su naturaleza es muy distinta.
De acuerdo con Rosalío Félix, antropólogo de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) de México, estas descripciones se alejan mucho de la realidad. El también especialista en la cultura zapoteca y guía de Monte Albán, afirma que se trata de testimonios de que los integrantes antiguos de esta nación originaria practicaban el incesto.
"No son danzantes... sino (que son) individuos que tuvieron deformaciones genéticas”, dice el antropólogo, quien abunda que la práctica del incesto provocó que los niños nacieran con extremidades desproporcionadas y cabeza grande.
“Es gente pequeña, con los brazos más largos que las piernas, o extremidades unas más largas que otras”, indica.
Y agrega que en las estelas de Los Danzantes hay hombres y mujeres. Ellas se representan embarazadas, “y se ve una que está teniendo un parto”.
“Está de pie, porque está es la forma en que daban a luz. Pero es un parto diferente, porque el niño viene de pies. En un caso natural, el niño vendría de cabeza”. Y explica que es probable que alguno de los dos haya muerto, por la dificultad de la situación, puntualiza.
Asimismo, apunta que los médicos de la época resguardaron a estas personas con discapacidad en la galería, para conocer más sobre su fisiología y comportamiento. Según Félix, “esto tiene un perfil científico, de investigación por parte de los médicos de la época”. Algunos de ellos fueron operados, como se muestra en los restos de tibia, cráneos, mandíbulas y fémures que lograron sanar.