Unión Hidalgo.— El curso es gratis y sólo dos puntadas bastan para bordar blusas, vestidos  y desatar la creatividad, no importa la edad. Éste es el mensaje que lanza Rosalva Fuentes para invitar a mujeres zapotecas a participar en el taller de bordado en el recién inaugurado centro Lidxi Gunna/La casa de la mujer.

Fuentes, activista y defensora del territorio de Unión Hidalgo, y una de las creadoras del espacio, es también una maestra jubilada que durante más de 20 años se formó como promotora de la salud desde el Centro Popular de Apoyo y Formación a la Salud (Cepafo) de la Diócesis de Tehuantepec, así que posee conocimientos de herbolaria que aplica en medicina tradicional, otra de las ofertas del centro.

Además de ella, las mujeres que integran Lidxi Gunna son  Rosa y Zenén Rodríguez Orozco y la doctora Selene Marcial Toledo, quienes crearon este nuevo espacio bajo dos premisas: Salud y Economía.

Lo bautizaron como La Casa de la Mujer porque, precisamente, está enfocado a la salud comunitaria, pero desde la organización entre mujeres, un espacio que busca ser la casa de ellas, donde se acerquen a descansar, a sanar cuerpo y alma. Es por eso que cuenta con masajes terapéuticos y emocionales, además de atención médica tradicional, con la herbolaria.

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Las ganancias obtenidas de la cerveza serán destinadas a asociaciones que trabajan en pro de las mujeres; este año, dos de las iniciativas beneficiadas podrían ser de Oaxaca

En Lidxi Gunna se ofrece una variedad de productos herbolarios de la marca local Guie Stia,  creada por Rosalva Fuentes; gel Hemo para dolores musculares, reumatismo, artritis y  várices; aceite de Gripoy para congestión en la nariz, sinusitis  y dolor de oído; aceites  relajantes que tratan ansiedad,  angustia y tristeza; jarabe para tos y  microdosis para varias enfermedades.

“Ha sido con muchas dificultades, pero por eso es valioso y pretende un sólo objetivo: organización desde las mujeres. La salud debe de estar en nuestras manos, debemos  educarnos en la salud de nuestras familias, comunidad y de nosotras mismas”, expone Fuentes Martínez, quien agrega que se  busca que las mujeres aprendan a conocer sus cuerpos físicos y espirituales; cómo alimentarlos, cómo cuidar las emociones y la relación con los demás. Se pretende conocer, insiste, la mejor forma de aliviar las enfermedades que  paralizan el cuerpo.

En el rubro económico, no es precisamente el dinero lo que se busca en este espacio,  sino la riqueza de las capacidades para crear cosas que se necesitan para “vivir alegremente”.

“Si sé hacer jabón con propiedades curativas, no gastaré mucho dinero, si sé sobre las plantas medicinales, podré sanar mis problemas de salud más comunes y ahorrar. Si me capacitó para producir las necesidades básicas, podré tener bienestar”, argumenta Fuentes.

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Lidxi Gunna arrancó con un taller de elaboración de gel antibacterial y otros productos, por tres meses de manera gratuita a adolescentes, pero con el enfoque del emprendimiento, para que, al final, con las herramientas que se les proporcionen, logren colocar sus propios artículos en el mercado local, lo que las ayudará a sentar las bases para, en un futuro, comenzar proyectos económicamente viables, afirma.

La Casa de la Mujer tiene también un rincón de bordado, un lugar para relajarse  aprendiendo a bordar y una forma para mejorar las finanzas. El curso es gratis y las mujeres pueden aprender con dos sencillas técnicas a elaborar blusas, batas, bolsas, camisas, todo lo que la creatividad permita.

Asimismo, posee “un rinconcito de las alegrías”, donde se pueden adquirir  cacahuates y bebidas de licores que alegran la vida, como forma de solventar los gastos del proyecto Lidxi Gunna: Salud comunitaria.

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“Pretendemos  ser autosuficientes en nuestra labor, que de manera solidaria consuman nuestros productos de artesanas de la región. 

“Con esto, tenemos una propuesta para las mujeres: Buscamos la armonía y la salud integral, además de ofrecerles la alternativa de emprendimiento con lo que aprendan en los talleres”, finaliza la maestra jubilada.

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