En riesgo, 21 municipios por fracturas en los suelos

Desde antes de los sismos de septiembre se presentaron fisuras en la corteza terrestre, por lo que ya son investigadas; pobladores temen por su patrimonio

Las grietas que aparecieron en San Juan Tamazola desde el pasado 5 de septiembre también afectan las tierras y casa de Esperanza Torres, la cual ya presenta hundimiento. (EDWIN HERNÁNDEZ. EL UNIVERSAL)
Especiales 20/02/2018 17:07 Lizbeth Flores San Juan Tamazola, Oaxaca Actualizada 17:22

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Lo único que pide Esperanza Torres Morales es que alguien le diga si tendrá que abandonar la casa que desde hace 36 años habita junto con los 10 integrantes de su familia. La petición de esta mujer mixteca se debe a que el terreno de su vivienda comenzó a hundirse desde el mediodía del 5 de septiembre, dos días antes del terremoto de 8.2 grados que devastó más de la mitad de Oaxaca.

Ese día, grietas de más de cuatro metros de profundidad nacieron en el suelo de San Juan Tamazola y, desde entonces, Esperanza observa con sorpresa que las fracturas de la tierra no se contienen, por el contrario, se han multiplicado.

—Díganme si puedo vivir aquí o si no, ya nos salimos. Ustedes como autoridades duermen bien y comen su taquito con sal sin ninguna preocupación... nosotros lo vivimos en carne propia.

Al igual que las fisuras que rasgaron el suelo de San Juan Tamazola, en otras 20 comunidades de las ocho regiones del estado existen registros de grietas similares. Todas se reactivaron en fechas cercanas al terremoto del 7 de septiembre que se tragó la vida de 82 personas. 

Los suelos de estas 21 poblaciones de la entidad son investigados por especialistas de la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca (CEPCO) y del Servicio Geológico Mexicano, quienes comenzaron a estudiarlos desde noviembre pasado para determinar las causas que originaron las grietas y así  establecer las medidas a implementar para la población en riesgo.

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Los municipios afectados  por las fracturas están regados por toda la geografía estatal. Nueve de ellos se localizan en la Sierra Norte, dos más en la Sierra Sur, cuatro son de la Mixteca y tres de la Costa. Además, en la Cuenca, el Istmo y la Cañada hay una comunidad afectada en cada una.   

Aunque el análisis aún no concluye, el titular de Protección Civil, Heliodoro Díaz Escárraga, explica a EL UNIVERSAL que en algunos municipios de la entidad estos hundimientos son generados por fisuras en la corteza terrestre, y pone como ejemplo lo que pasa en Santa María Tlahuitoltepec, una comunidad Mixe, ubicada a más de 240 kilómetros de distancia de la casa de Esperanza, pero que también está en alerta por las fracturas de la tierra.  

“En Santa María Tlahuitoltepec hay una falla geológica importante, pasa por el centro de la cabecera municipal, afecta el palacio, los principales edificios, incluso la escuela de música”, dice Díaz Escárraga.

Como si un suelo fracturado no fuera suficiente para medio vivir, Miguel Morales, jefe del Departamento de Análisis y Amenazas de CEPCO, y uno de los responsables de llevar a cabo los estudios geológicos, indica que estas grietas que atraviesan la entidad han aumentado de tamaño a causa de las lluvias.

Además, el especialista asegura que las aberturas en el suelo pueden crecer o reactivarse en cuestión de minutos, debido a que las regiones de Oaxaca presentan inestabilidad de laderas por sus características geológicas y topográficas; eso es precisamente lo que pasó en San Juan Tamazola, donde no hay nada que logre detenerlas.

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Vivir entre grietas

San Juan Tamazola es una comunidad que se ubica en la Mixteca Alta, a las faldas de la Sierra Madre del Sur. Aquí habitan casi cuatro mil personas, las mismas que se cuestionan la razón de las grietas profundas en el suelo y que temen que se incrementen con las lluvias.

—Me dijo el geólogo que esta grieta se va a prolongar, no se sabe cuándo, ahorita o mañana, pero  se va a abrir.

La que habla es Esperanza, la mujer de 54 años, cuyas tierras y vivienda están atravesadas por las grietas. A pesar del hundimiento, la familia de Esperanza sigue habitando la casa, pues el único cuarto de adobe que no se había rasgado se dañó con el segundo sismo, el 19 de septiembre, y ahora presenta fisuras por todas partes.

A la fecha, ninguna autoridad de ningún nivel se ha aparecido por Tamazola, “si quiera para preguntar por los daños”, así lo dice Cipriano Velasco Vásquez, el alcalde de la comunidad.

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Velasco Vásquez dice que San Juan Tamazola ya era pobre desde antes de los sismos y las grietas, y a esas carencias ahora hay que sumar los daños en cinco viviendas, siete escuelas y el palacio municipal; inmuebles que no han sido incluidos, ni en censos, ni en recuentos.

La única atención recibida, asegura el edil, son los estudios geológicos que los especialistas  realizan en la zona desde hace tres meses y de los cuales aún no conoce los resultados.

—Nosotros exigimos que ellos tomen en serio las cosas y apoyen a la gente que fue perjudicada. Aquí la gente, aparte de que somos pobres, pues no tenemos para comprar material para las casas.

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Las medidas que vienen

La angustia de Esperanza Torres Morales podría terminar el 21 de febrero próximo. Ese día  Protección Civil estatal entregará los resultados de los estudios geológicos a las autoridades municipales, de 10 de las 21 comunidades afectadas por las grietas; el resto los recibirán hasta la primera quincena de marzo.

Pero será hasta después de tener dicha información cuando las autoridades estatales aplicarán medidas para atender a las comunidades afectadas por las fracturas.

Entre ese manojo de posibilidades se contempla la reubicación de las viviendas, el cierre de edificios y la prohibición de construcción en las zonas agrietadas. Hasta entonces, Esperanza sabrá finalmente si tiene que abandonar sus tierras y su casa.

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