Con ayuda muxe, artesanas se levantan tras el sismo 7-S

Asociaciones aliadas les brindaron materiales y ahora enseñarán a las niñas

Foto: Alberto López Morales
Especiales 13/07/2019 14:01 Alberto López Morales / Corresponsal Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 14:01

Sentada en la sala de su casa, frente al bastidor de aro donde teje un huipil, Dalia López Sánchez confiesa que después del terremoto de septiembre de 2017, creyó que tardaría años para recuperar su actividad como tejedora y diseñadora, pero “la ayuda llegó en el momento en que más se necesitaba”.

“Después del terremoto ¿cómo volver a empezar sin dinero y con la casa fracturada?, ¿quién iba a comprar los huipiles, las enaguas y los vestidos confeccionados con el toque istmeño? En ese momento la prioridad era la comida, las lonas para protegerse, la atención a los niños y sacudirse del miedo”, comenta la artesana.

En medio del dolor y la tragedia por el terremoto, nació el Consorcio de Mujeres y Muxhes Mujeres para la Reconstrucción, con el impulso de la activista muxe y antropóloga, Amaranta Gómez Regalado, y la abogada Griselda López Vásquez, quienes inicialmente organizaron la recolección y reparto de víveres entre los damnificados y después gestionaron y regalaron hornos a unas 100 mujeres que trabajan en la elaboración del totopo.  Dalia se enteró por la radio  que estaban invitando a mujeres artesanas de Juchitán a participar en un proyecto de recuperación económica. “Ahí voy corriendo con mi folio de casa dañada a inscribirme y me aceptaron”, relata entusiasmada.

En una primera etapa que comenzó en agosto de 2018, explicó la abogada Griselda López, 50 artesanas juchitecas recibieron un apoyo consistente en 25 cajas de hilos  de colores para reiniciar sus labores de tejido de huipiles y enaguas  típicas  del Istmo.

“La ayuda llegó cuando más se necesitaba (...) si los hubiera comprado yo [los hilos] me hubieran costado unos 2 mil 500 pesos. Sólo pagamos la mitad y  en cuatro mensualidades”, comenta Dalia.

 Con sus bolas de hilo, la artesana  y sus 49 compañeras empezaron a olvidarse del terremoto, el miedo  y se concentraron en el tejido y diseño de huipiles desde sus casas.

Cada huipil, señaló  Martha Pineda, otra beneficiaria,   se vende en forma directa en mil 500 pesos. Al principio había temor porque no se contaba con un canal de comercialización, por lo que  la asociación Consorcio se encargó de  buscar mercado para que cada artesana venda.

 Por ahora van 100 mujeres productoras de totopos que recibieron sus hornos y 100 más, incluyendo a  Martha, que reciben el apoyo con hilos para el tejido de trajes regionales.

Transmitir el conocimiento. Para el próximo  13  de julio,  Consorcio Mujeres y Mujeres Muxhes esperan iniciar un nuevo proyecto para impulsar el tejido y diseño en niñas de hasta 15 años, con el propósito de que conozcan los secretos en la elaboración de los trajes.  Van a ser 50 menores las    que recibirán clases  de parte de las mujeres del primer grupo.

“Ya tengo a mi alumna, se llama Brisa, y con gusto le voy a enseñar”, dijo  Dalia, mientras que Martha explicó que enseñará a su hija Sandra, de 14 años.
 El Consorcio, dice la abogada Griselda, apoyará a las niñas con sus bastidores, hilos, agujas y telas, con la finalidad de impulsar las actividades productivas desde temprana edad.

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