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Primero en las calendas, luego en las marchas y ahora Mazapán, el perrito mestizo que adoptó la capital de Oaxaca, quedó inmortalizado en madera de copal. El artista originario de San Pedro Cajonos, Paúl Blas Tomás, se inspiró en el animal después del video que lo popularizó.

Paúl se dedica a elaborar alebrijes desde los 15 años. Hoy tiene 27 y es un destacado artista, de una familia que por 40 años ha producido animales fantásticos de madera en esa comunidad de la Sierra Juárez.

“Nuestro trabajo se distingue por ser detallado, tanto en el tallado como en la pintura. Usamos difuminado y matizado de colores”, dice.

Aunque en Cajonos las 16 familias de artesanos dedicadas a la elaboración de alebrijes se especializan en esculpir insectos con rasgos fantásticos, desde hace algunos años, Paul tuvo la idea de crear figuras de madera para cubrir memorias USB. La mayoría  son alebrijes, pero antes el artesano creó un diseño de perro, inspirado en su mascota Beni.

Las réplicas de Beni sirvieron de base para darle vida a las figuras de  Mazapán  que desde hace una semana, cuando surgió la idea, resguardan miles de archivos digitales de los clientes que se han acercado al taller de la familia Blas.

“Cuando salió el video de Mazapán y la gente comentó en redes que lo quería adoptar, se me ocurrió que todos los que quieran pueden llevarse a su propio Mazapán a casa”, acota el artista.

Con la fiebre por el perrito que recorre las calles de la ciudad, los primeros clientes ya han hecho sus pedidos de Mazapán USB.

El artesano detalla que el proceso para crear la réplica del can inició con una visita al  atrio del templo de Santo Domingo de Guzmán, donde pasó todo un día conviviendo con Mazapán para conocer sus gestos, sus colores y su carácter. “Es un perrito amable y educado. Después de pasar varias horas con él, logré identificar sus rasgos característicos, sus colores, la forma de sus ojos y sus expresiones espontáneas”, agrega.

Elaborar un perrito le toma más o menos un día. Por semana, el taller consigue tallar más o menos 50 piezas en miniatura. “El proceso de pintarlo y hacerle los detalles es lo que más tiempo requiere, porque decidimos plasmar los detalles de sus bigotes y sus patitas”, explica Paul.

Aunque muchos usuarios de las redes sociales han criticado la réplica  de Mazapán, por considerarla oportunista, Paúl, quien es amante de los animales, especialmente de los perros, ve en su trabajo una pequeña contribución para sumarse a crear conciencia en la gente de que los animales sienten y merecen una buena calidad de vida.

Por ello, Paul y su familia también firmaron la petición de Change.org para que Mazapán sea parte de la cultura del estado y abandere la lucha por los derechos de los animales.

Perro embajador

Por otro lado, organizaciones de protección animal celebraron que la gente esté poniendo atención en casos como el de Mazapán, pues en Oaxaca miles de perros viven en la calle.

“Que Mazapán sea un digno embajador ante el Congreso para exigir la aprobación de la iniciativa de ley que otorgue a los animales de compañía la calidad de seres sintientes”, manifestó la asociación Adopta un Amigo.

Desde 2018, organizaciones buscan que la Legislatura local apruebe la disposición para que los animales domésticos adquieran derechos y puedan hacerse más efectiva la aplicación de sanciones a quienes maltratan animales.

“Declarar al hermoso Mazapán patrimonio cultural de la humanidad o volverlo imagen oficial de la Guelaguetza, no vale si a diario centenares de perros y gatos luchan por sobrevivir de la maldad humana”, señala la organización.