Tequisistlán, pueblo chontal de Oaxaca que de resistir primeras olas Covid, ahora se “ahoga” en contagios
Hace más de 20 días, el Covid-19 entró en un taxi de la comunidad y rápidamente se esparció en los hogares; ha dejado 19 muertos y 161 enfermos confirmados por pruebas rápidas, aunque la autoridad municipal estima que son más de mil contagiados entre los 6 mil 500 habitantes
Tequisistlán.- Si no fuera por un par de niños y unas señoras que se surten en las únicas tiendas abiertas en este pueblo conocido como “La llave del Istmo”, las calles de Magdalena Tequisistlán lucirían fantasmales.
El miedo se respira desde la entrada de esta comunidad chontal, ubicada a orillas de la carretera federal, la única que conecta al Istmo de Tehuantepec con la ciudad de Oaxaca.
Este miedo no es injustificado. Hace más de 20 días, el Covid-19 entró en un taxi de la comunidad y rápidamente se esparció en los hogares; hasta ahora ha dejado 19 muertos y 161 enfermos confirmados por pruebas rápidas, aunque la autoridad municipal estima que son más de mil contagiados entre los 6 mil 500 habitantes.
Foto: Roselia Chaca
El tañer de las campanas por los muertos siembra más el miedo. Es costumbre que la iglesia de Santa María Magdalena, que data del siglo XIX, doble sus campanas tres veces por cada adulto que muere en la comunidad, así que desde que se desató el brote no paran de sonar hasta en cuatro ocasiones al día.
Lee también: Ante aumento de muertes y contagios de Covid-19 en Oaxaca, cierran playas en Puerto Escondido
Una camioneta blanca se estacionó por media hora en la entrada del pueblo, cargada de provisiones para la tienda de abarrotes y verduras “Esquipulas”, aunque no tenía prohibido el acceso, el chofer traía la orden de no ingresar, sólo entregar en la entrada y retirarse.
“Es la primera vez que hacen esto. Todos los distribuidores entran al pueblo porque no tienen cerrado el paso. Este proveedor traía la orden desde Oaxaca de no entrar porque el pueblo está en alerta roja. Es cierto, estamos en emergencia pero también seguimos todas las medidas sanitarias para vender. Vamos a salir pronto”, dice Pascasio Toral, dueño de la tienda.
El edil excava tumbas
Foto: Roselia Chaca
Para entrar a Magdalena Tequisistlán todos tienen que identificarse con los policías municipales, quienes reportan por radio las visitas o emergencias. Se instaló un filtro sanitario con dos enfermeras para tomar la temperatura y dar gel antibacterial.
La vigilancia siempre estuvo presente, por eso las llamadas primera y segunda ola de contagios no llegaron y en toda la pandemia sólo habían muerto dos personas, refiere José Luis Montero Garnica, regidor de Ecología. Las cosas son muy diferentes ahora.
Lee también: Duelo y deudas: Covid-19 obliga familias de Oaxaca a rematar su patrimonio para salvar la vida
Según el presidente municipal Roel Filo Lozano, sólo del 8 al 29 de julio han muerto 19 personas; el 26 fue el día más letal, con cuatro decesos. Después de reportar la emergencia a los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) se aplicaron pruebas rápidas que arrojaron 161 personas positivas, lo que elevó la alerta y se estableció el toque de queda.
“Para nosotros es la primera ola y nos está dando con todo, porque nos agarró con una clínica sin medicina, con una hospital abandonado, sin vacunas a las personas de 30 años y con una sola dosis a los de 50 y 40. Por más que realizamos el llamado al gobierno, nos dicen que no tienen personal ni equipo para atender. Es urgente que el gobierno federal mueva las vacunas para blindarnos, porque prácticamente se está muriendo una persona por día”, cuenta el edil a EL UNIVERSAL.
De todo el Cabildo, sólo el presidente municipal, el regidor de Ecología y la síndica están libres de Covid, el resto está contagiado, incluyendo a la mayoría de los policías. Así que los tres funcionarios se distribuyen el trabajo administrativo, de gestoría y hasta de excavación de las tumbas en el panteón.
“Sólo somos nosotros tres, nos partimos en mil pedazos. Estamos gestionando en la funeraria, llevamos los tanques de oxígenos a rellenarse a Salina Cruz. Nos ha tocado que en la madrugada nos hablan para ocupar una tumba; en una ocasión, el edil tuvo que excavar porque no había nadie. Mis hijos ya me dijeron que lo deje, que me pongo en riesgo, pero tengo una obligación con el pueblo”, argumenta la síndica Helena Luna.
La solidaridad del pueblo
Foto: Roselia Chaca
Cerca de la casa de la familia Morales Maldonado, Roberto Ordaz deja una bolsa con tres kilos de mojarras, frutas, verduras y medicina. No es su familiar, sólo un conocido.
“Es un pueblo chico y todos nos conocemos, por eso al enterarme de la situación de la familia decidí venir a dejarles algo de comer. Creo que es momento de que nos apoyemos”, cuenta.
Robisel Morales Maldonado, su hermana, madre y cuñada pasan los días cuidando de su hermano de 27 años y su cuñado, quienes están tendidos en catres conectados a tanques de oxígeno. También cuidaban a su padre Julio, de 73 años, quien falleció esta semana. Agotados sus recursos, se vieron obligadas a pedir ayuda.
“Ya vendimos las cosas de valor que teníamos, llevamos 15 días en esta situación crítica. Por eso decidimos pedir ayuda al pueblo y afortunadamente nos han respondido. Nos vienen a dejar comida, medicina, nos ayudan con el oxígeno y demás”, cuenta Robisel.
Lee también: Autoridades de Oaxaca endurecen medidas para contener la rápida expansión de la tercera ola Covid-19
Como ellos, los enfermos que no logran ingresar a hospitales de la región por falta de camas se atienden en sus casas; los que tienen mayor solvencia o familiares fuera de Tequisistlán se atienden en Salina Cruz, Tehuantepec, la capital y hasta Pochutla, en la Costa.
Los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), a través de la Jurisdicción Sanitaria número 2 “Istmo”, informaron que han intensificado las acciones en materia de prevención, vigilancia y atención en salubridad en esta demarcación.
Desde el 15 de julio a la fecha, señalaron los SSO en un comunicado, una Brigada de Salud conformada por profesionales de la medicina y enfermería llevan a cabo visitas domiciliarias periódicas y tomas de muestras rápidas entre las y los habitantes para la detección de la enfermedad, “así como valoraciones médicas a personas que cursan con la patología respiratoria, con el fin de establecer el tratamiento adecuado en los casos que así lo han requerido”.
La autoridad municipal refiere que si los gobiernos estatales no hubieran dejado como “elefante blanco” el Hospital Materno Infantil, construido en el periodo de Ulises Ruiz e inaugurado por Gabino Cué, el espacio hoy sería la salvación de los habitantes.