Niñas y niños, blanco de violencia sexual en la Cuenca
De enero al 19 de septiembre se han contabilizado 78 casos de violencia sexual contra menores, en la Cuenca del Papaloapan; 2017 cerró con 92 incidencias
María, Ana e Isabel son hermanas, tienen entre 11 y 19 años y las tres fueron víctima de agresiones sexuales por parte de un vecino. Sus padres estaban al tanto de lo que ocurría.
Al igual que ellas tres, otros cinco menores de edad que han sido violentados sexualmente, así como 25 que sufrieron agresiones físicas y sicológicas, han llegado al Centro Especializado de Atención a Víctimas de Violencia Margarita Sánchez de Ahuja, en Tuxtepec, para recibir apoyo.
De acuerdo con cifras de esta institución, que también recibe a mujeres y menores violentados de otros municipios de la Cuenca del Papaloapan, indican en el último año la violencia familiar y sexual en la zona norte de Oaxaca se ha acentuado en la niñez.
La vicefiscal en Delitos contra la Mujer por Razón de Género, Korina López Gómez, explica que desde 2017 a la fecha 80% de las víctimas registradas por delitos relacionados con violencia sexual son niños, niñas y adolescentes.
Explica que mientras 2017 cerró con 92 casos por abuso sexual y violaciones contra menores, de enero al 19 de septiembre de este año ya se han contabilizado 78. De esos 78 casos de este 2018, 30% corresponden a violaciones, de las cuales 92% de éstas fueron contra niñas y el resto contra varones.
Esta situación de violencia, expone, predomina en comunidades rurales de municipios como San Felipe Jalapa de Díaz, San Lucas Ojitlán, San Pedro Ixcatlán, San Felipe Usila y Valle Nacional, éste último es el lugar de origen de las tres hermanas agredidas y que permanecieron desde enero hasta las primeras semanas de septiembre en el refugio del Centro Especializado de Atención a Víctimas de Violencia.
El albergue es atendido por Nallely Burgos Molina, quien asegura que 32% de niñas, niños y adolescentes violentados que llegaron de enero a la fecha, lo hicieron por agresiones sexuales. Esta situación, abunda, no se había registrado desde octubre del año pasado, cuando ocupó el cargo.
También, violencia familiar
Además de la violencia sexual, los menores se han convertido también en víctimas principales de violencia familiar. Actualmente, el albergue, perteneciente al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), ha recibido a más menores de edad que a mujeres violentadas; 60% de sus huéspedes —30 de 50 personas— son niños, niñas y adolescentes que llegan a través de la fiscalía.
La Vicefiscalía de Delitos Contra la Mujer por Razón de Género reporta, por ejemplo, que de enero al 19 de septiembre de este año se han registrado 326 casos de violencia familiar, de los que en 18% las víctimas son los hijos.
Esta situación contra los menores de edad representa un aumento aproximado de 15% de los casos, en comparación con 2017, año que cerró con 600 registros, pero en los que no figuraban las agresiones contra los menores, asegura la vicefiscal Korina López.
La funcionaria indica que el aumento está relacionado a que los hijos tratan de defender a su mamá o de evitar una pelea, lo que ocasiona la agresión del adulto. Por dicha razón, expone que agresiones contra menores y mujeres están por completo relacionadas. De los 326 expedientes iniciados este año, sólo 50 (15%) han concluido; el resto han quedado abandonados, dice la autoridad.
Este delito se sanciona con la privación de la libertad de seis meses hasta cuatro años, pero el agresor legalmente también tiene la oportunidad de participar en procesos que ayuden a modifiquen su conducta y así erradicar las agresiones contra las víctimas.
La vicefiscal agrega que la violencia familiar es distinta geográficamente. Explica que en Tuxtepec, donde se concentran 211 casos, predomina la violencia sicológica, patrimonial, económica y en menor índice la física, la cual es anticipada por discusiones en las que se manifiestan celos e intento de control hacia la mujer, generalmente por independencia laboral.
En contra parte, los 114 casos restantes corresponden a zonas rurales de los distintos municipios de la Cuenca, localidades en las que la mayoría de los casos corresponden a violencia física, que se ejerce sin contar con una discusión como antecedente.