Tres grupos, lo que queda de las autodefensas de Michoacán

El resto de las autodefensas se transformaron en policías municipales, se diluyeron o acabaron por convertirse en bandas criminales o por integrarse a la delincuencia organizada.

RODOLFO AYALA. EL UNIVERSAL
Especiales 29/04/2019 18:55 Carlos Arrieta Actualizada 18:55

A seis años de que se levantaron en armas para combatir al entonces cártel de Los Caballeros Templarios, líderes de los únicos tres grupos de autodefensas que aún persisten en Michoacán coinciden en que el estado no tiene dueño.

De los 32 grupos de comunitarios que se formaron en 2013, sólo tres sobreviven en Coahuayana, Ostula y La Ruana. En Coahuayana mantienen la paz; en Aquila regresó el asedio criminal, mientras que en La Ruana padecen por la violencia.

El resto de los grupos de autodefensas se convirtieron en policías municipales, se diluyeron y desaparecieron, se transformaron en bandas delincuenciales o se fueron a las filas del crimen organizado. Los guardias civiles de Buenavista formaron su propio cártel, Los Viagras, el cual sostiene una cruenta lucha por el territorio con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), principalmente en  Tierra Caliente y en la zona colindante con ese estado.

Nuevos brotes

En el municipio de Aquila se han registrado diferentes ataques entre  células de Los Caballeros Templarios, pero también entre quienes formaron parte de los autodefensas.

Recientemente, habitantes y autoridades comunales reportaron a fines de febrero ocho personas asesinadas a tiros, apiladas en la batea de una camioneta abandonada en la ranchería Los Nuevos.

A este caso se suma el multihomicidio de otras seis víctimas en la misma localidad ubicada en la parte más alta de la Sierra-Costa, donde convergen los municipios de Aquila, Coalcomán y Lázaro Cárdenas.

Los comunales señalaron que cada vez son más las balaceras entre sicarios al servicio de Fernando Cruz Mendoza El Tena, exlugarteniente de Los Caballeros Templarios y el grupo armado conocido como el Cártel de los Autodefensas.

Germán Ramírez Sánchez, alias El Toro, comandante de la guardia comunal de Ostula, indicó que el acecho criminal por un lado viene desde Colima, donde generan violencia los lugartenientes de Federico González Lico, exlíder templario y actualmente preso.

A menos de 10 kilómetros de Aquila las cosas son diferentes. En Coahuayana, los autodefensas se capacitan a pesar de que no se han incorporado a la Policía Municipal y no tienen recursos para operar.

Tras el asesinato de su hermano, Héctor Zepeda Navarrete,  alias Teto, fundó en enero de 2014 el grupo de autodefensas de Coahuayana, municipio que colinda con Colima.

Bajo el mando de Teto, los comunitarios se encargaron desde entonces de la seguridad de esa región —localizada a 590 kilómetros de la capital michoacana— y tienen a ese municipio como uno de los más seguros del estado.

En cinco años de lucha civil armada, en Coahuayana se han registrado solamente 11 homicidios dolosos, dos casos de extorsión en los que se detuvo a los responsables y ningún secuestro, de acuerdo con cifras de la Fiscalía General del Estado (FGE).

En esta localidad, en un hecho inédito, los civiles armados se capacitan en criminología y criminalística —bajo los estándares del Nuevo Sistema de Justicia Penal— y así poder realizar la labor de primer respondiente en algún caso de delito o accidentes.

La abogada María del Carmen Montes Salas se encarga de la capacitación de los autodefensas de manera gratuita porque, asegura, su intención es que los habitantes tengan cuerpos de seguridad mejor preparados.

La Ruana bajo fuego

La tenencia de La Ruana, perteneciente al municipio de Buenavista, se ha convertido en uno de los principales campos de batalla de dos cárteles.

El pasado 20 de febrero, un mando militar y ocho civiles murieron durante un enfrentamiento a tiros entre grupos armados contra fuerzas federales y estatales. Días antes, una prolongada balacera generó pánico entre los alumnos del Colegio de Bachilleres, quienes registraron en video cómo se resguardaban en su salón de clases tirándose al piso para evitar ser alcanzados por las balas. Los menores reflejan en sus rostros el temor ante el estruendo  de los disparos.

Ese miedo es generalizado e imperante en la región de Tierra Caliente por la imparable ola de violencia desatada por la guerra entre el grupo de Los Viagras (exautodefensas) y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Hipólito Mora, líder de los primeros grupos de autodefensas, reconoce que la inseguridad se agudizó en La Ruana y que no ve el fin de la violencia en esa tierra que vio nacer la lucha civil armada.

“Ya hace seis años que nos levantamos en armas aquí en La Ruana. Al principio todo iba bien, pero hoy estamos peor que nunca: muertes, secuestros, levantones, extorsiones; hay de todo aquí en el municipio”, lamentó.

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