Muralismo mazateco, el arte místico que surge de la tierra

Asunción Alvarado plasma las raíces de su comunidad en trazos con un estilo cósmico-mágico que ha traspasado fronteras

Foto: Cortesía
Sociedad 03/09/2019 08:10 Alicia Pereda Martínez Oaxaca de Juárez, Oax. Actualizada 08:12

Una, dos, tres, cuatro pinceladas y un universo queda plasmado: a través del arte y una paleta de colores cálidos los mazatecos también resisten.

Como de la tierra brota la vida, de las manos del pintor oaxaqueño Asunción Alvarado Martínez brotan murales y óleos, que son pruebas tangibles de un pueblo ancestral, vivo y actual. 

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"En todas las culturas el arte siempre ha sido una evidencia de que una civilización ha existido (…) El arte mazateco es prueba de que nuestra cultura está resistiendo y se se está reinvindicando", dice el originario de San Andrés Hidalgo, agencia de Huautla de Jiménez.

Define a su estilo como cósmico-mágico, en sus venas lleva la herencia de una tierra mística, donde los rituales y el respeto a la tierra son fundamentales.

En sus piezas plasma desde la cotidianidad de los pueblos de la Cañada, hasta sus tradiciones más profundas, como los chaxo’ó (hombres  que provienen del ombligo de la tierra).

Asunción nació con talento entre sus dedos.

A falta de dinero y material profesional, de niño comenzó a pintar con flores y plantas machacadas. Sus colores los tomó de la misma fuente que le daba de comer a él y a su familia dedicada al cultivo: la tierra.

Entonces, recuerda que  su madre le pedía que  “no estuviera perdiendo el tiempo”. Hoy es un   reconocido artista, cuya obra ha llegado hasta el otro lado  del mundo, en sitios como la India y Nepal. Con 28 años  y proveniente de una familia de seis hermanos, Asunción recuerda que en su casa y escuela, le sugerían que abandonara  al arte, pues de ahí no obtendría recursos.

Desde la primaria me llamó la atención pintar. De mis libros recortaba las pinturas de Rufino Tamayo, Diego Rivera y otros maestros mexicanos, pero las necesidades eran más grandes, había que trabajar.

Pese a que el temporal no favorecía su semilla, Asunción insistió en cosechar su vocación. Comenzó vendiendo sus obras a maestros e ingenieros que acudían a San Andrés y pasó tardes enteras en la biblioteca de su comunidad leyendo sobre arte.

Con el paso del tiempo Asunción comenzó a ser más reconocido y a empaparse del conocimiento de   técnicas, como el oleo y el acrílico, y se consolidó como muralista: hoy calles de Huautla están engalanadas con sus trazos que cuentan historias

"Plasmo nuestras raíces, puede ser a través del color, la forma o los rasgos que tenemos. Hablo de los mazatecos como una nación", comenta.

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Fruto para todos.

Ahora Asunción Alvarado vive en Tecamachalco, Puebla, donde tiene su taller y galería. Desde ahí sigue formando comunidad con vecinos mazatecos y ha impartido talleres; también acude por temporadas a San Andrés, donde realiza intervenciones plásticas.

Con el misticismo de la sierra mazateca en las manos tiene claro que ahora le toca echar raíz.

"Actualmente, las nuevas generaciones no quieren hablar la lengua, creo que es importante hacerle ver que nuestras raíces son sumamente importantes. Ahora me toca aportar más."

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