Alexis Caballero: Locura, ira y sonrisas enigmáticas como una ruptura en el arte oaxaqueño

San Martín Mexicapam.— Personajes con ojos desorbitados y sonrisas que nacen de la desesperación, la locura o la ira contenida, así como animales como caballos, gallos y toros,  con los que creció en los años que vivió en Infiernillo San Francisco, su comunidad natal,  ubicada en la región Mixteca,son parte de las criaturas que habitan la obra de Alexis Caballero, un artista plástico de Oaxaca que hace nueve años comenzó un camino de ruptura y descubrimiento. 

Alexis tenía 30 años y era un sicólogo que ejercía y atendía a pacientes en su consultorio,  cuando decidió que no estaba dispuesto a seguir con una vida que no era la que él quería. 

Con eso en mente, tomó pinturas y gises, y acompañado de un grupo de amigos comenzó a recorrer un sendero que lo llevó hasta el expresionismo, mismo que desde entonces no ha abandonado y que le ha dado un sello particular a su obra.

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“Mi trabajo es muy gestual, no tan dibujado, es el gesto y la emoción que voy teniendo... es siempre como lo siento o me emociono”, cuenta. 

 Aunque ahora su trabajo ha llegado a países como Italia, Brasil, España, Francia y Rusia, Alexis reconoce que en un principio su propuesta, alejada de lo que tradicionalmente se conoce entre los artistas como “escuela oaxaqueña”, no encontró lugar entre los espacios y galerías ya posicionados en el estado.

Entonces, recuerda, le pedían que en lugar de plasmar sus personajes casi geométricos y con sonrisas enigmáticas, optara por pintar paisajes de Monte Albán o motivos similares, más afines a los que buscan los compradores  que llegan al mercado de arte oaxaqueño.

 A casi una década de distancia, sus seres, nacidos lo mismo de la desesperación que de la alegría, han logrado posicionar a Alexis entre los artistas de Oaxaca cuya obra propone ir más allá de lo tradicional y ha sido aceptada precisamente por ello.

 

“Voy mucho al día, a veces es muy gestual y pinto un personaje así porque es el que tiene que vivir en ese momento. A lo mejor estoy desesperado y sale un personaje desgarrado, enojado,  la mayoría los vas ver con una sonrisa”, narra Alexis en entrevista sobre su imaginario.

Son estos elementos y personajes de su trabajo pictórico que Alexis describe como expresionista y figurativo, y que en parte están basados en las leyendas de nahuales y brujos, así como en las  vivencias de su primera infancia en Infiernillo,  comunidad de tierra colorada y con una laguna “encantada”, los que han permitido a Alexis ser arropado por la comunidad artística.  

Gracias a ello, participa ahora en proyectos como la realización de un mural en la capital, denominado Oaxaca en la frontera,  en colaboración con artistas locales  y de la frontera  con Estados Unidos, como Enrique Chiu.

Con esta obra, explica,  se busca que se  visibilice la situación migratoria de los oaxaqueños en aquel país y que además sirve como antesala para que intervengan el llamado Muro de la Hermandad, que divide a ambos países, pero que ha sido resignificado con arte.  

Además, Alexis fue invitado a participar en el proyecto de una serie de 50 botas de piel elaboradas en Guanajuato, las cuales son decoradas con la impresión de una de sus piezas llamada "Que siga la fiesta".

El proyecto se denomina “Carbón Alterado” y está a cargo de Raúl Estrada León, como una forma de incentivar tanto la economía como la compra de arte durante la pandemia, por lo cual en ella participan artistas plásticos de todo el país.

“He hecho arte-objeto, pero lo de las botas me pareció algo genial. Lo que sigue, porque la gente lo está pidiendo, son series propias,  muy exclusivas de botas totalmente pintadas, intervenidas por mí”, cuenta  a EL UNIVERSAL Alexis, quien está convencido de que, a través de este tipo de apuestas, el arte puede llegar a muchas más personas.