Desde Oaxaca, organizaciones y campesinos piden una moratoria en la liberación de biotecnologías
Desde el Foro de Evaluación de Nuevas Tecnologías para la agricultura y la alimentación, afirmaron que las biotecnologías se presentan como beneficiosas, pero entrañan riesgos y amenazas
Oaxaca de Juárez.- El Foro de Evaluación de Nuevas Tecnologías para la Agricultura y la Alimentación, realizado en días pasados en Guelatao de Juárez, región Sierra Norte, pidió que haya una moratoria en la liberación de biotecnologías en las comunidades.
Con este foro, señaló Pablo Galeano, de la coordinación de la Red TECLA en Uruguay, se buscó entender cómo esas comunidades pueden evaluar estas nuevas biotecnologías que a menudo se presentan como beneficiosas, pero entrañan una serie de nuevos riesgos y amenazas.
“Es muy preocupante que bajo el engañoso nombre de ‘nuevas técnicas de mejoramiento genético en plantas’ se hayan cambiado las regulaciones de bioseguridad en Estados Unidos y varios países de América Latina, que permiten la aplicación de estas nuevas biotecnologías dirigidas a extinguir especies”, declaró Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo ETC.
La intención del foro fue compartir con comunidades y organizaciones indígenas y campesinas las características e impactos que pueden tener algunas nuevas biotecnologías, como la llamada “edición génica” y los “impulsores o forzadores genéticos”, diseñados para extinguir especies de plantas, insectos y animales en la naturaleza.
Precisaron que impulsores genéticos es una forma de ingeniería genética que está diseñada para transmitir un carácter transgénicos a toda una especie; pueden ser en plantas, insectos o incluso se plantea en roedores.
“Este tipo de técnica va más allá que los transgénicos que conocemos, por qué no sólo se pretende aplicarla a cultivos, también está diseñada para reproducirse en la naturaleza”, explicó Silvia Ribeiro.
En Estados Unidos, afirmaron, se ha planteado el uso de la manipulación con impulsores genéticos para eliminar una especie de amaranto a la cual se ve como una plaga del maíz transgénico. Esta especie de amaranto se ha vuelto tolerante al glifosato y otros agroquímicos y solo se puede retirar del cultivo manualmente.
Por ello, ahora se ensaya modificar el amaranto con impulsores genéticos para eliminar esta especie, señalaron. “Un experimento de ese tipo, pasará las fronteras y podría cruzarse con el amaranto (quintoniles) en México, afectando este alimento”, agregó Silvia Ribeiro.
“Para evaluar las nuevas biotecnologías se propone lo que se llama evaluación de riesgos”, agregó Elizabeth Bravo, de Acción Ecológica, Ecuador y de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
“Se dice que es una forma objetiva, basada en la ciencia, pero en realidad se trata de decisiones que son políticas, que reflejan los valores de los evaluadores y en muchos casos son sólo un trámite que casi siempre termina en la aprobación de la tecnología”.
Aldo González de UNOSJO SC y el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, recordó que “aquí se comprobó hace 20 años la contaminación transgénica del maíz y desde entonces se han compartido y practicado muchas formas para recuperar los maíces nativos y defender las comunidades contra la amenaza de los transgénicos”.
Cientos de organizaciones campesinas y ambientales han planteado que los impulsores genéticos no deben ser permitidos y que como primer paso se debe establecer una moratoria a su liberación.
González recalcó que, pese a la moratoria a la siembra de maíz transgénico, estos granos llegaron a los campos y ha sido un largo proceso de descontaminación y defensa de las semillas que es necesario reafirmar.
El Foro apoyó la demanda de una moratoria global a estas tecnologías, especialmente por haber países limítrofes o muy cercanos a México que han cambiado su regulación para permitirla.
Este evento fue convocado por la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca (UNOSJO S.C.), el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) y la Red de Evaluación Social de Tecnologías en América Latina (Red TECLA), las cuales se pronunciaron contra las nuevas tecnologías que promueven el grano genéticamente alterado.