Jalapa del Marqués.— Detrás de la presa Presidente Benito Juárez, en Santa María Jalapa del Marqués, en un camino de terracería que conduce al pueblo serrano de Santiago Lachiguiri, quedan algunos vestigios de un antiguo palenque que persiste a pesar de haber sido cubierto por el agua hace más de medio siglo.
Además, aún se escuchan historias sobre Carlos Condoy y los hermanos Maldonados, productores de la bebida en Jalapa del Marqués hasta los años 60, relatos que también dan fe de los zapotecas del Istmo que creaban su propia bebida, sin depender de la producción de los Valles.
Debido al clima extremadamente caluroso, no es muy común el cultivo del maguey en la región, pero se tiene presencia de dos variedades silvestres conocidas como maguey chato (tobala istmeño) y mexicanito del Istmo, un agave endémico de la zona de Ixtepec, Santiago Lachiguiri, Jalapa e Ixcuintepec.
Foto: Roselia Chaca
Pese al clima, existen ciertas tierras de Guiechiquero, comunidad de Jalapa del Marqués, que son propicias para el cultivo del maguey espadín; esta zona quedó perfectamente conectada con la nueva super carretera Mitla-Tehuantepec, por lo que se convirtió en un punto estratégico.
Tan es adecuada para el cultivo que, según informes, en el último año representantes de empresas se han acercado a los posesionarios de tierras para negociar el apartado de sus predios para la siembra del maguey en un futuro, debido a la gran demanda de la bebida.
Actualmente, en la zona se cultivan alrededor de 110 hectáreas de maguey, pero 90 son de una empresa trasnacional que cultiva para la casa productora Del Maguey, y sólo unas 20 hectáreas son trabajadas por lugareños, entre ellos, con dos y media hectáreas, está José Trinidad Gaytán, un ingeniero agroindustrial con un doctorado en economía agrícola.
Foto: Roselia Chaca
Este mezcalero solitario se lanzó a la siembra del maguey espadín, a producir su propia marca y a competir en el mercado internacional, pese a que se considera que el maguey para un buen mezcal nace sólo en tierras ubicadas a 600 metros sobre el nivel del mar, y su predio, La Tejabana, está sólo a 160 metros.
Trinidad Gaytán está convencido que las tierras de Jalapa pueden dar para este cultivo, por eso puso como ejemplo que los primeros en sacarle provecho, desde hace siete años, fueron los trasnacionales de la casa mezcalera Del Maguey.
Para él, con los adecuados cuidados se puede lograr que en la zona crezca un maguey en cinco años, tiempo mucho menor que en el que se desarrolla la planta en los Valles Centrales, donde tarda entre seis y siete años para alcanzar el punto de maduración.
“Batallamos un poco con el calor y el viento, lo que provoca un poco de resequedad, pero en tres años hemos logrado avanzar y en dos años más tendremos una gran producción. Esto demuestra que la zona siempre ha sido apta, sólo que al ser un cultivo de largo aliento no le quieren invertir en el cuidado, por eso mi propuesta, que también ha funcionado, es el cultivo de ajonjolí entre los surcos mientras espero”, explica en entrevista con EL UNIVERSAL.
Foto: Roselia Chaca
A 40 minutos de Jalapa del Marqués, en El Coyul, a orillas de la carretera federal, José Trinidad tiene su palenque que conformó con 10 personas más en la Sociedad de Producción Agroindustrias del Marqués.
En esta zona, también tiene sembrados sus magueyes, con los cuales logra producir al año hasta 2 mil litros de esta bebida, a través de su marca Mezcal del Tío Ro, en honor a su padre Rodrigo.
La sociedad de Trinidad es la única en toda la zona que cultiva y destila el mezcal de manera artesanal. En un periodo de un mes, envasa, etiqueta y vende sus productos en los destinos turísticos más importantes del país, compitiendo a nivel internacional, lo que le ha valido reconocimientos como la medalla de plata en el concurso mundial de destilados Spirits Selection que se llevó a cabo en Bruselas, Bélgica, este año.
“Desafortunadamente, la mayoría en esta zona a lo mucho llegan a la destilación y ya no le invierten a la creación de una marca, y las ganancias están allí. Pero a los paisanos ya no les alcanza para invertir o no quieren, porque al final es un riesgo y mucho trabajo, no sólo de paciencia, en esperar años de cultivos, sino de lograr un producto de calidad”, resalta.
Foto: Roselia Chaca
La crisis sanitaria por Covid-19 agarró a la Sociedad Agroindustrias del Marqués con buena salud, a diferencia de otros mezcaleros, pues ya contaban con una buena estructura de venta en línea que ayudó a colocar la producción lograda en febrero.
Y aunque las ventas bajaron por el cierre de los destinos turísticos y la nueva producción paró, la reserva se coloca en restaurantes en Cancún, Quintana Roo; la ciudad de Oaxaca; Guadalajara, Jalisco; San Miguel Allende, Guanajuato, entre otros.
Isis, la chef del restaurante El Camino, considera que el Istmo es más que garnachas, que existe una gran variedad de sabores que también dan identidad y que se deben de proponer nuevos platillos; en el caso de Jalapa del Marqués, los productos que da la presa: “A través de la comida se conoce un pueblo, por eso considero de vital importancia incluir elementos que son de la región”.