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Foto: Juan Carlos Zavala
Al menos desde 2018 empezó a gestarse un nuevo boom de las culturas de Oaxaca y sus creaciones, a través de un proceso de revalorización e interés de las instituciones gubernamentales, opina el gestor cultural Israel Humberto García Gaytán, quien también observa un impacto económico positivo en algunas comunidades.
A través de una anécdota ejemplifica cómo vive él este proceso: en una ocasión lo visitaron artesanos que trabajan la piedra, quienes llevaban piezas mal talladas y mal pintadas. Uno de ellos le explicó que salían de su comunidad con costales llenos de piedra y cuando debían regresar, después de un día de venta, preferían no cargar y las tiraban.
García Gaytán acudió entonces, en su labor de gestor cultural, a realizar actividades en las comunidades de estos artesanos. Organizó talleres para la conservación de la lengua y conmemoración de fechas importantes para los pueblos indígenas, en los que se suele impulsar el rescate de la vestimenta y comida tradicional.
Después de ocho meses de talleres y actividades, los artesanos acudieron de nuevo con piezas de piedra bien realizadas. “Licenciado, tengo estas piezas, pero sólo se las puedo dar en exhibición porque ya están vendidas y tengo pedido para varios meses”, le dijeron.
En ese momento, relata, confirmó que para mejorar las condiciones de los pueblos originarios, el respeto y valor a su trabajo y cultura, el trabajo debe realizarse desde esas mismas comunidades.
Israel García Gaytán lleva más de cuatro años como gestor cultural y cuatro años en la asociación civil Pueblos Originarios de Oaxaca, en cuya constitución participaron jóvenes de las regiones del estado, interesados en rescatar la cultura de sus comunidades.
Su especial interés por la cultura nació desde su etapa de estudiante y la reforzó cuando trabajó en el gobierno del estado, ya que tuvo un mayor acercamiento con comunidades de los 16 pueblos indígenas de Oaxaca, así como con el pueblo afromexicano.
“Uno de los principales objetivos que se han logrado es hacer que las personas de los pueblos originarios volteen a ver a su propia cultura y de esa forma ellos puedan vivir de su cultura”, comenta.
De esa manera han logrado trabajar con alrededor de mil 500 personas, entre artesanas, hablantes de lenguas indígenas, cocineras y médicas tradicionales, quienes también han involucrado a sus familias.
“Cuando logramos que un grupo de personas principalmente artesanas, hablantes, cocineras tradicionales, personas que viven su cultura desde su comunidad, logramos que ellas se quitaran esa pena, esa vergüenza de mostrarse tal y como en su comunidad son. Que ya no les importe esa parte de la discriminación por vestir, por comer y por hablar en cualquier lugar a donde vamos en su lengua”, explica.
Esto permitió que les abrieran algunos espacios en el estado para que los artesanos mostraran, explicaran y vendieran, de manera directa, sus productos sin intermediarios. Posteriormente, recibieron invitaciones en el interior del país y de connacionales en los Estados Unidos de América.
“Ahí fue donde logramos que todas las personas con las que trabajamos pudieran viajar a Estados Unidos. Les realizamos el trámite de la visa para que de esa manera pudiéramos llevar una delegación de 25 personas, primeramente a Los Ángeles, California, y después a Nueva York”, cuenta.
La mayor satisfacción, afirma, es sumar voluntades y convivir con varias personas que tienen el mismo interés y la misma misión de poder rescatar, preservar y difundir la cultura de los 16 pueblos originarios de Oaxaca y también del pueblo afromexicano.
Y de igual manera que las artesanas, artesanos, hablantes y cocineras tradicionales han perdido el miedo de salir de sus comunidades, y que incluso ya lo hacen solas fuera del estado y del país, que las busquen para entrevistas, para exposiciones y que ya no dependan de ellos para salir, “sino que ellas ya encontraron la forma de buscar sus propios caminos y volar solas”, finaliza.
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