Escalada de violencia en Juchitán alarma al sector privado

La inseguridad que existe en esta ciudad zapoteca del sur de Oaxaca “es creciente y preocupante”, consideraron dirigentes del sector privado, quienes demandaron de las autoridades estatales y federales “una atención especial para que regrese la tranquilidad”.

A penas la mañana de este sábado fue ultimada a balazos una familia. De acuerdo con las autoridades de seguridad pública, el triple homicidio ocurrió en una vivienda ubicada la colonia Gustavo Pineda de la Cruz.

Si se calcula la taza anualizada de homicidios, Juchitán se ubica entre los 10  municipio más violentos del país,  con 95.1 muertes por cada 100 mil habitantes, lo anterior según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública (SESNSP).

Con 400 policías municipales, que vigilan la ciudad en dos turnos, la autoridad municipal lamenta que por omisiones del gobierno de Oaxaca, concretamente de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), el ayuntamiento juchiteco quedó fuera del programa  FortaSeg.

El comisario de la Policía Municipal, Víctor Aquino, dijo que en el  municipio no cuentan con esos recursos para equipar a los elementos policiacos, por lo que  con recursos propios  dotaron de patrullas a la corporación.

Las consecuencias de la oleada de violencia también impactan en los servicios de salud del provisional hospital civil Macedonio Benítez Fuentes, reconoció la doctora Yolanda Sánchez Ulloa, dirigente sindical de los trabajadores de ese nosocomio.

“Cada día tenemos, en promedio, uno o dos lesionados de bala, pero sólo contamos con un quirófano y un herido de bala requiere de sangre y medicamentos que no se cuentan en el hospital”, explica.

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Juchitán, Juan Gilberto Prado, dijo que sus agremiados tienen la percepción  de que los niveles de inseguridad y violencia han rebasado a las autoridades, por lo que  exigen  la presencia de la gendarmería para contener  la inseguridad y la violencia, pero   no han tenido éxito.

Por su parte, el presidente de la asociación de Profesionistas y Empresarios del Istmo (Proempi), Juan González Davar, señala que el municipio “merece una atención especial porque la inseguridad y la violencia tienen en los homicidios su más alta expresión”. Dice que no se puede seguir observando los asesinatos como algo ordinario, por lo que  “las autoridades de los tres niveles no pueden seguir siendo omisas ante tantas ejecuciones que ocurren en  domicilios y colonias populares”, condena.

Para el jefe de los bomberos de Juchitán, Francisco Vásquez, la ola de violencia ha impedido en varias ocasiones que las autoridades ministeriales realicen el levantamiento de los fallecidos porque los familiares de las víctimas se llevan los cuerpos.

“Cuando trasladamos a los lesionados de bala en nuestras ambulancias hacia el hospital, recibimos amenazas porque nos han querido arrebatar a los heridos para rematarlos”, relata.

La ciudad juchiteca, coincidieron los entrevistados, ha perdido mucho de aquellos lejanos días y noches de tranquilidad. El entorno de ahora es de hostilidad y de miedo porque a cualquier hora y en cualquier parte se oyen los disparos de armas de fuego.

El clima de violencia  abarca a varios municipios del Istmo. Apenas, el 17 de mayo fue asesinado a balazos,  en Tehuantepec,  el dirigente municipal del Partido del Trabajo (PT), Hernán de Mata, quien era candidato a una regiduría.