Comunidad chinanteca será nombrada “Paraíso indígena”
Rancho Grande es el primer pueblo de la Cuenca en obtener este distintivo; CDI reconoce su valor histórico y cultural por ser un destino ecoturístico
Asentado a 840 metros sobre el nivel del mar, entre verdes cerros, la comunidad Rancho Grande, de San Juan Bautista Valle Nacional, se convertirá en el primer pueblo de la Cuenca del Papaloapan en ser nombrado “Paraíso indígena” por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Esta comunidad chinanteca, de 80 años de antigüedad, se integrará al catálogo de destinos turísticos bajo esta marca, creada en 2015 y que se otorga a pueblos con alto valor natural, cultural e histórico, preservado por sus habitantes.
En Oaxaca existen 19 pueblos con dicho distintivo, la mayoría en Valles Centrales, la Sierra Juárez, la Sierra Sur, la Mixteca y la Costa.
La delegación en Oaxaca de la CDI explica que Rancho Grande se abrió a la oferta turística desde 2009, cuando presentó un proyecto ecoturístico, por el cual recibió recursos para un inmueble que sirve como restaurante, pero agrega que el proceso formal para que la comunidad sea dada de alta comenzó desde mayo pasado.
Con el nombramiento de la CDI, Rancho Grande podrá participar en ferias nacionales para la promoción de destinos turísticos; modernización de infraestructura y difusión en el sitio web de la CDI, así como capacitaciones constantes. Mientras la comisión alista la inclusión, esta población asentada en la Cuenca alta, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Tuxtepec, ya se considera un paraíso indígena y da la bienvenida en un anuncio con esa leyenda.
El agente de policía de la comunidad, Héctor Manuel Antonio, asegura que la CDI otorgó este nombramiento de manera oficial desde 2016. Aunque las listas oficiales de promoción no incluyen a su comunidad.
Más allá del nombramiento, el agente expresa que este sitio se ha ganado esta distinción de forma popular por parte de sus visitantes, por los paisajes que ofrece, la tranquilidad, el clima templado y saborear el Café Ñeey, que es cosechado por la comunidad.
Otros de sus atractivos son un mirador a más de mil 200 metros sobre el nivel del mar, desde donde se observa el vaso de la presa de Cerro de Oro en Tuxtepec; visitas a los talleres-tienda de huipiles, recorridos entre cafetales. El hospedaje se ofrece en 30 viviendas particulares, donde un cuarto ha sido destinado para los turistas.
Con el sello oficial de “Paraíso indígena”, la población espera incrementar el número de visitantes que, hasta ahora, en temporada alta registra 100 visitantes por mes, principalmente de la región.