Con obras de gran formato, Rolando Calderón busca "corromper la receta artística oaxaqueña"
En entrevista con EL UNIVERSAL, Calderón García relata que desde muy pequeño tuvo afinidad por el dibujo; sin embargo, no fue hasta la adolescencia, a través de la literatura, que se acercó al arte de manera intencional
Nutrido por la literatura, el artista plástico oaxaqueño Rolando Calderón García, de 29 años, presenta obras de gran formato con las que busca hacer reflexionar al público, alejado de lo que llama “el estilo oaxaqueño”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Calderón García relata que desde muy pequeño tuvo afinidad por el dibujo; sin embargo, no fue hasta la adolescencia, a través de la literatura, que se acercó al arte de manera intencional. “Eso me hizo descubrir corrientes, pintores y autores que me interesaron”, apunta.
Pese a su afinidad por el arte, optó por estudiar la licenciatura en Derecho, aunque siempre supo que su camino era otro, por lo que después abandonó la carrera, que cursaba en la ciudad de Puebla.
Foto: Edwin Hernández
Después comenzó su formación en el taller Rufino Tamayo, en la ciudad de Oaxaca, donde descubrió su verdadera vocación. Luego de dos años decidió mudarse a la Ciudad de México para asistir a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, donde fue a clases como oyente.
Por motivos personales, relata, tuvo que volver a la ciudad de Oaxaca y se enlistó en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).
“Mi proceso ha sido evolutivo, siempre he pensado que el arte, como el ser humano, tiene una evolución y (...) mi perspectiva y mi trabajo han cambiado con el tiempo”.
Fue hace seis años cuando decidió dedicarse de lleno a la producción artística. Desde entonces, su propósito es que su trabajo tenga cosas relevantes que decir.
Naturaleza Cinética, muestra de su autoría creada durante la pandemia de coronavirus, se exhibe en la hemeroteca Nestor Sánchez.
Mientras que en Morelia, Michoacán, en el Centro Cultural Allende, se expone una pieza en gran formato de seis metros de alto por tres de ancho, con una instalación de luz neón.
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Rolando ha llevado su trabajo a otros lugares, como Puebla, la Ciudad de México y Monterrey. Asimismo, al Instituto de Arte Moderno, de Pomona, California, Estados Unidos.
Reconoce la influencia de la literatura y la música en su obra, y considera ser parte de una generación de artistas contemporáneos, de un pensamiento artístico ilustrado.
“Sabemos que en Oaxaca existe una infinidad de artistas consagrados, una generación una década mayor a la mía que hace una reflexión distinta desde el lenguaje artístico para crear… estamos corrompiendo el paradigma estructural que era la receta artística oaxaqueña”, agrega.
Su obra, indica, se alimenta de lo que consume y lee de manera constante, enlista a creadores como Jean Michel Basquiat, Daniel Lezama y Sabino Guisu, entre otros.
“La del artista es una búsqueda constante, que incluye rupturas personales que hacen evolucionar la obra y no caer en lo repetitivo”, dice.
Rolando está produciendo una serie de pinturas en gran y pequeño formato relacionadas con el libro Amor Líquido, de Zygmunt Bauman, sobre cómo las relaciones interpersonales han cambiado con el uso de las redes sociales.
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“La pintura, en mi caso, la hago mía y la reflexión a la que invito al espectador parte desde mi mirada”.
Ir más allá de lo obvio es lo que ofrece el autor en su obra que, con esculturas y otras técnicas, busca mostrar más allá de la pintura, de lo físico, “que vayan más allá de una mirada mental”.