Aumentó hasta 52% asesinatos de niñas y adolescentes en Oaxaca durante la pandemia; han matado a 17
Según el Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos, durante ese año se registraron nueve casos, mientras que desde el inicio del confinamiento se dispararon 52%, con 17 casos. “Es el dato más grave que hemos registrado”, lamenta
Oaxaca de Juárez.– La consigna es corta pero poderosa: “Las niñas no se tocan”, uno de las principales reclamos que las mujeres de Oaxaca manifestaron con rabia este 8 de marzo. Todo ese enojo no es infundado pues, según Angélica Ayala Ortiz, presidenta del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer), “la pandemia vino a mostrar las profundas desigualdades para garantizar los derechos de las niñas en Oaxaca y, además, a agravarlas”.
Muestra de ello, apunta, son las cifras de niñas y adolescentes asesinadas que se han registrado durante el primer año de la pandemia, en comparación con 2019.
Según la organización, durante ese año se registraron nueve casos, mientras que desde el inicio del confinamiento se dispararon 52%, con 17 casos. “Es el dato más grave que hemos registrado”, lamenta.
Foto: Mario Arturo Martínez
En Oaxaca, los indicadores, incluso después de la declaratoria de Alerta de Violencia de Género (AVG) para 40 municipios, no han disminuido. “El entorno de violencia feminicida se ha incrementado para las menores de edad, lo que nos hace pensar en el acceso a la educación, la alimentación, las oportunidades”, agrega en entrevista con EL UNIVERSAL.
Antes de la pandemia, asegura, había un avance en temas de igualdad. No obstante, durante el aislamiento se agudizaron problemas como el abandono escolar.
“Cuando las mujeres están saliendo a trabajar en empleos informales y mal pagados, quienes se quedan al cuidado de los hermanitos, son las niñas.
“Se reproduce también la discriminación, pues el que ellas se queden a cargo de labores del hogar les quita la oportunidad de acceder a la tecnología, a una computadora, aumentando la brecha digital y alejando a las niñas de la escuela”, indica.
No sólo lo dice ella. Según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), durante la pandemia por Covid-19, en Oaxaca los casos de violencia contra niñas y mujeres ha crecido de manera importante, sobre todo la violencia doméstica.
Inseguridad hasta en el hogar
Foto: Mario Arturo Martínez
De acuerdo con la línea de atención telefónica que GES Mujer implementó desde marzo de 2020 para atender casos de violencia de género las 24 horas, existe una tendencia que muestra que las niñas no están seguras ni en el hogar.
Las denuncias que han recibido que involucran a niñas y adolescentes tienen que ver con violencia sexual: acoso, abuso, violación, violación tumultuaria, delitos que se han perpetrado en el hogar, espacios digitales y en calles. “No hay espacios seguros para las mujeres y las niñas”, dice.
El pico más alto de esas se denuncias se registró entre julio y agosto de 2020, pues se observó un incremento de 27%, que conincide con uno de los momentos más algidos en cuanto a contagios en el estado.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SENSP), en 2020 se registraron en Oaxaca 2 mil 964 llamadas de emergencia por violencia contra la mujer, 4 mil 123, en pareja y 12 mil 620, en el entorno familiar. Hubo 38 feminicidios y 680 violaciones.
Además, según Ayala Ortiz, tras el periodo de aislamiento, el embarazo adolescente podría aumentar hasta 20%, cifra que en Oaxaca es preocupante, dado que la entidad ocupa el tercer lugar en embarazos infantiles y tempranos.
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“Oaxaca siempre tiene un nivel más elevado porque, en el caso de las comunidades indígenas, continúan sucediendo embarazos infantiles, adolescentes y matrimonios infantiles”, agrega.
Y denuncia que, en casos de violación, acoso y abuso contra niñas, las dependencias encargadas de impartir justicia las revictimizan, responsabilizándolas de las agresiones que sufrieron.
Incluso, dice, se documentó un caso de violación en el que las dependencias no brindaron el medicamento de anticoncepción a la víctima, quien quedó embarazada y tuvo que vivir todo el proceso para acceder a una interrupción legal.
“Se debe proporcionar la anticoncepción para evitar que las mujeres tengan que vivir estos procesos después de haber sufrido una violación”, finaliza.