Terapia con caballos en Oaxaca, una mano a la medicina
Niños con autismo o parálisis cerebral han salido adelante gracias a una fundación que usa a los animales para ayudar a pacientes de escasos recursos.
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Es un día normal en la Fundación Oaxaqueña de Equinoterapia (FOE). Son casi las 11:00 horas y a lo lejos el motor de un vehículo anuncia la llegada de Alejandro, uno de los más de 35 pacientes, en su mayoría niños, que ahí reciben terapia. Sus diagnósticos son diversos, incluyen autismo, parálisis cerebral, depresión, abuso sexual e incluso, orfandad y violencia intrafamiliar.
Alejandro se siente seguro al iniciar su terapia a caballo. Al igual que el resto de los niños, guarda un cariño especial por Sicarú, Canica, Balín, Spirit y Emperador, los terapeutas equinos.
Carolina Gómez, fundadora de la FOE, señala que el joven quien ha sido paciente por más de cuatro años, tiene notables progresos en su conducta y autosuficiencia.
“La equitación terapéutica es una atención complementaria que no sustituye a la terapia médica, utilizando a caballos entrenados para dicho fin”, señala información de la asociación.
Consiste en aprovechar los movimientos que transmite el caballo sobre la columna vertebral y el sistema nervioso central para aplicar ejercicios para cada padecimiento; así como la trasmisión del calor corporal del caballo (38°C), que produce relajamiento muscular.
Además, el contacto con el caballo, en terapia o con actividades como cepillado, alimentación o paseos, produce la liberación de endorfinas, lo que genera en el paciente una sensación de bienestar.
Descendiente de una familia de médicos y educadores, Carolina recuerda que desde joven se interesó en la medicina y decidió combinarla con su afición por los caballos. Es licenciada en Terapia Física y la primera en tomar el curso de equinoterapia en la entidad. “Es una alternativa distinta, quita a los niños el miedo por los hospitales y el dolor de la terapia”, apunta.
Este 2019 la fundación cumple 13 años desde su creación como organización civil. Y actualmente, proyecta llevar la equinoterapia a las comunidades alejadas, donde los niños con discapacidad no reciben la atención adecuada.
Lo anterior porque niños de comunidades serranas, como Tlahuitoltepec e Ixtlán de Juárez, tienen que desplazarse para ir a terapia. Algunos de estos pacientes fueron diagnosticados con parálisis cerebral severa, por lo que fueron rechazados por el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT).
“Los casos son muy duros, pero las madres de familia son una clara muestra de entrega y persistencia. Son ellas quienes dan cuenta de los avances y quieren que sus hijos reciban la terapia”, señala.
Para Carolina, las cifras oficiales, que apuntan que 10% de la población tiene alguna discapacidad, son lejanas a la realidad. Ante ello, la fundación se ha propuesto colaborar con un censo real, sobre todo porque hay muchos casos en el entorno rural.
A pesar de su labor, la FOE no cuenta con un terreno propio. Requiere un espacio de 3 mil metros cuadrados para continuar y consolidarse como un centro especializado, pero con precios de hasta 3 millones de pesos, se ve lejano, pues subsiste de donativos.
A pesar de ello, las sesiones que normalmente cuestan más de 2 mil pesos, aquí las dan a 250 pesos y brindan becas a familias de escasos recursos. “Ver a los niños plenos, logrando superarse día a día es una gran recompensa, no podemos pedir más”, dice Carolina.