Salina Cruz: Urgen 4 mil mdp para atender al puerto
De acuerdo con un diagnóstico, deben antenderse rezagos en la población antes del Plan del Istmo
El puerto de Salina Cruz requiere a corto plazo una inversión de 4 mil 135 millones de pesos para convertirse en una ciudad atractiva para inversionistas extranjeros, impulsar el ordenamiento de sus servicios básicos y transformarse en “el pivote” para el desarrollo del sur de Oaxaca y el sureste del país, mediante el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Según el diagnóstico Salina Cruz, inclusiva, próspera y resiliente — elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo, Banobras y el Colegio de la Frontera Norte—, las autoridades municipales tienen el desafío de invertir en cuatro líneas estratégicas:
Orientar el desarrollo urbano bajo parámetros de sostenibilidad, eliminar rezagos en los servicios básicos y equipamientos sociales, mejorar la movilidad y conectividad e incrementar la eficiencia en la infraestructura vial, y modernizar al gobierno municipal y fortalecer vínculos con la ciudadanía.
Las debilidades del puerto
El estudio sobre el puerto, entregado en mayo pasado a las autoridades municipales, encabezadas por el edil Juan Carlos Atecas Altamirano (Morena), también destaca las debilidades que presenta la ciudad, como las afectaciones que dejó el terremoto del 7 de septiembre de 2017, pues aún hay viviendas dañadas y edificios públicos en proceso de reconstrucción, como el palacio municipal y escuelas.
También destaca la carencia de infraestructura de drenaje. “La ciudad no tiene un sistema de drenaje, bocas de tormenta, ni líneas de conducción capaces de desalojar las escorrentías de los cerros que le circundan”, cita el documento.
De acuerdo con el diagnóstico, que tardó casi dos años y medio en realizarse, el centro urbano de Salina Cruz se encuentra “colapsado y desordenado”. Se presenta como debilidad la anarquía vehicular, la invasión de espacios públicos por parte del comercio ambulante y se percibe un ambiente inhóspito “y con una muy reducida y precaria oferta de espacio público”.
Salina Cruz, describe el estudio, “es una ciudad que no ha logrado optimizar el consumo de suelo, en relación con su situación geográfica”, lo que define que “la acelerada expansión y el consumo de suelo ponen presión sobre los costos de mantenimiento del municipio”.
La ciudad de Salina Cruz se fundó en enero de 1904 y rápidamente evolucionó en sus actividades productivas, de una pequeña aldea de pescadores, exploró la producción de sal y luego la vida petrolera.
Actualmente, la ciudad cuenta con 82 mil habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Su infraestructura productiva incluye un pequeño puerto pesquero con 40 barcos de alta mar, la Refinería Antonio Dovalí Jaime de Pemex, con una capacidad para procesar 330 mil barriles de petróleo por día, y un puerto petrolero de donde se envían combustibles terminados y crudo a todo el mundo, pues es el punto más cercano para comunicar el Pacífico con el Atlántico.
Los retos
Según el estudio, que propone invertir 4 mil 135 millones de pesos para convertir a Salina Cruz en una zona de oportunidad para atraer inversiones privadas, “el actual patrón de crecimiento de la ciudad tiende a reforzar la desigualdad y la marginación”.
Salina Cruz, agrega la investigación, “muestra altos niveles de pobreza, desigualdad y marginación social”, a pesar de que la refinería es un enclave generador de riqueza que dinamizan la economía local.
La investigación reconoce que se trata de una ciudad con gran potencial para consolidarse y crecer de manera sostenible, pero, para lograrlo, debe cerrar las brechas en el acceso a infraestructura y servicios públicos de calidad.
En el contexto de la puesta en marcha del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el estudio admite que Salina Cruz “es un polo natural para el desarrollo” porque, junto con Coatzacoalcos, Veracruz, “representan la eterna promesa para el despegue económico de la empobrecida región sureste de México.
El presidente municipal de Salina Cruz, Juan Carlos Atecas Altamirano, reconoce que los retos son enormes, pero indica que es difícil alcanzar metas como modernizar el ejercicio de la administración municipal mediante la aplicación de la tecnología informática, “cuando no tenemos ni un palacio para despachar”.
“También, está el reto de ordenar el crecimiento urbano, porque líderes sin escrúpulos jugaron con la necesidad de vivienda de las personas y las llevaron a vivir en zonas de alto riesgo por las inundaciones y la alta sismicidad”, menciona.
Estos retos, dice, son bienvenidos y exigen tocar puertas con Sedatu, Pemex o Hacienda, para buscar la inversión para sentar las bases del desarrollo del puerto.