Pan de yema, esperanza de Rossaín, de 7 años, para pagar su tratamiento contra el cáncer en Oaxaca

Hace más de tres años Quianna Rossaín Cortés fue diagnosticada con cáncer en la sangre; por la pandemia del Covid-19, sus padres se tuvieron que dedicar a la elaboración de pan de yema, para poder solventar sus gastos y el tratamiento

Pan de yema, esperanza de Rossaín, de 7 años, para pagar su tratamiento contra el cáncer en Oaxaca
Foto: Juan Carlos Zavala
Sociedad 31/01/2022 09:34 Juan Carlos Zavala Actualizada 09:35

En los primeros días de este  año, un video se difundió rápidamente  a través de las redes sociales de la sociedad oaxaqueña. En él aparece una niña de siete años que vende pan para cubrir los gastos de su tratamiento: “El día 12 viajaré a Oaxaca y llevaré rico pan de yema, hagan sus pedidos y que Dios los bendiga”.

El anuncio de Quianna Rossaín Cortés Gaytán, una niña enferma de cáncer, mostró las dificultades económicas que enfrentan los menores con este tipo de padecimientos.

Hace más de tres años Quianna Cortés comenzó a presentar palidez, cansancio y fiebre cada ocho horas, con mayor intensidad por las noches. Tras estudios médicos, fue diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda: cáncer en la sangre.

Desde entonces se ha sometido a tratamientos de quimioterapia en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, para los que tiene que viajar ocho horas desde su natal San Andrés Teotilálpam de Cuicatlán, ubicado en la región de la Cañada.

Para solventar sus gastos y la compra de medicamentos, sus padres se dedican a la elaboración de pan tradicional en horno de leña, que venden en la capital estatal cada vez que van a cita médica o a quimioterapia.

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Foto: Juan Carlos Zavala

“Mi niña es diagnosticada con cáncer, lleva un tratamiento de tres años y nosotros nos dedicamos a la venta de pan, traemos el producto  cada vez que venimos a sus quimioterapias, a citas, para ayudarnos con nuestros gastos. Se trata de  pan de yema  que vendemos a 10 pesos la pieza”, explica su madre Rocío Gaytán Gregorio.

La joven madre de 25 años narra que su hija presentó palidez, cansancio y una fiebre muy frecuente; pero advierte que los niños, niñas y adolescentes también pueden presentar ronchas, moretones, sangrado de nariz y estar bajos de peso: “así nos podemos dar cuenta que los niños tienen cáncer”.

Por la pandemia del Covid-19, dice, se tuvieron que dedicar a la elaboración de pan de yema, conchas y de ajonjolí de la forma tradicional en horno de leña como se realiza en su comunidad de San Andrés Teotilálpam, para poder solventar sus gastos y el tratamiento de Quianna.

Pero pidió un apoyo especial para donadores altruistas de sangre que puedan acudir al Hospital de la Niñez Oaxaqueña, ya que hay muchos casos de menores que luchan contra el cáncer y lamentablemente hay poca sangre y plaquetas.

“Hay niños que requieren de mucha sangre porque están internados y cuando ellos se internan se les baja la sangre, las plaquetas, y eso nos ayudaría muchísimo a todos los papás, de cualquier tipo de sangre. Se pueden contactar con nosotros o directo al Hospital de la Niñez y nosotros lo hacemos para ayudar a todos los niños”.

Aunque asegura que nunca ha tenido que pagar por la sangre y  las plaquetas, actualmente le debe al hospital seis paquetes de plasma.

El costo de las plaquetas oscila entre los mil y mil 800 pesos, dependiendo del tipo. Las plaquetas aférisis para niñas, niños y adolescentes cuyos cuerpos no aceptan las plaquetas normales, por ejemplo, cuestan mil 800 pesos.

Con Causa, agrupación formada con el fin de apoyar a familias en esta situación, denuncia que el Hospital de la Niñez Oaxaqueña lleva semanas sufriendo por la escasez de equipo para la donación de sangre y plaquetas, y que de nada sirve llevar donadores si estos no pueden donar: “Los papás tienen que recurrir a bancos de sangre particulares con el alto costo que esto representa”.

Rocío Gaytán lamenta que tampoco hay quimioterapia en dicho hospital. Los padres se ven obligados a comprar los fármacos para las quimioterapias como antimetabolitos, azacitidina, fluorouracilo, mercaptopurina, capecitabina (Xeloda), cladribina, clofarabina, citarabina y decitabina, entre otros.

Gaytán señala que Con Causa les ayuda a “comprar quimioterapia, como son citarabina y algunas que cuestan mil 600 pesos, que son las que yo he comprado. Doy gracias a las personas que me ayudan con la compra del pan, porque con ese dinero puedo comprar las quimioterapias para mi niña”.

Con Causa señala que cada año se diagnostican en el mundo entre 175 mil y 250 mil nuevos casos de cáncer infantil; sin embargo, muy probablemente estas cifras están por debajo de las reales, debido a la falta de registros fidedignos y variabilidad entre los reportes.

“Cerca de 90% de los casos que ocurren en países en vías de desarrollo, donde la sobrevida global oscila alrededor de 20%. La sobrevida en México  en niños y adolescentes registrados en el RCNA es de 57.5% en comparación con las cifras de  los países con altos ingresos donde la probabilidad de que una niña, niño o adolescente con cáncer sobreviva es de 90%”.

La niña Quianna Cortés, afortunadamente expresa su madre, está en la recta final. Le van a realizar un estudio de la médula ósea para conocer el estado de su salud y “ojalá nos vayamos a vigilancia, que es un proceso después de las quimioterapias, que tiene que venir a revisión cada mes”, dice su madre.

“Ha sido muy difícil. A mi niña ya le dio dos veces Covid-19, le ha dado herpes, varicela, porque son niños expuestos a todo. Ahorita le dio dermatitis, es algo en la piel por exponerse al frío y al calor”, dice Rocío Gaytán.

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