Con “Inflorescencia”, la artista española Cristina Huarte explora en Oaxaca la sanación y el retorno a la tierra
La primera exposición de esta joven artista originaria de Zaragoza se inaugurará este sábado 17 de junio y se expondrá hasta el 20 de julio en el Centro Cultural Comunitario de Teotitlán del Valle
Oaxaca de Juárez.— La poesía, el cine, la música de los años 60 y 70 que escuchaba su padre; su abuelo dibujante; después, en la adolescencia, Los Héroes del Silencio; una ciudad prolífica de artistas, músicos y escritores, llevaron a Cristina Huarte a estudiar Bellas Artes en la Universidad de Salamanca. También en esos elementos, es que se encuentran parte del imaginario que utiliza en sus obras.
Cristina Huarte es una artista joven. Nació en la ciudad de Zaragoza, España, en la provincia de Aragón, en el año 1988. Desde hace unos meses radica en Oaxaca, gracias a una beca de Acción Cultural Española para desarrollar el proyecto “Aleteo Negro” en la Galería Muy en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y Estudio Abierto en este estado.
Es en ese contexto que el próximo 17 de junio se inaugura la exposición “Inflorescencia. Un retorno al jardín del exilio” en el Centro Cultural Comunitario de Teotitlán del Valle, Oaxaca.
“Aquí en los Valles Centrales del estado de Oaxaca, y en Teotitlán del Valle caminé hasta encontrarme con una planta muy preciada: el maguey... El contacto y la experiencia vital con el matriarcado de la comunidad comprendió el desarrollo de una escultura, y una serie de pinturas sanadoras inspiradas en la planta del maguey, conocida como quiote. Este tallo crece al final del ciclo de la vida de la propia planta, y se expande hasta el cielo creando ramificaciones infinitas como si fuese una escalera al cielo... Estas ramificaciones son las pequeñas flores que nacen del quiote, llamadas inflorescencias.
Precisamente, asociadas a la deidad Xochiquetzal...”, reflexiona la artista sobre su obra que estará expuesta hasta el 20 de julio de 2023.
Cristina Huarte regresó a su natal Zaragoza al concluir la Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, y realizó proyectos artísticos y sus primeras exposiciones hasta hacerse de un espacio en el sector cultural de Zaragoza. Dentro de una ciudad con una gran cartera de artistas, y de donde han surgido escritoras y filósofas como Ana María Navales y el poeta Antonio Labordeta, entre muchos otros, comprendió que para dedicarse a la producción artística debía salir de esa ciudad.
“Entonces me salió la oportunidad de Berlín, que fue una residencia muy bonita , me gustó muchísimo porque es una ciudad muy cosmopolita, también mucho movimiento artístico, y luego me volví a España, estuve como unos años sacando otras exposiciones”, cuenta.
Foto: Juan Carlos Zavala
Después, en el año 2019, debutó con un fragmento de su obra “Snippets” en la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO), una de las más importantes ferias de arte contemporáneo en el mundo. Ese año estaba como país invitado Perú, y Cristina Huarte recibió la oportunidad de realizar una residencia en el valle sagrado de los Incas, con el apoyo de la Fundación Caja Rural de Aragón.
Fue entonces que decidió realizar este tipo de estancias fuera del espacio donde habitaba, mismas que le han permitió descubrir otro tipo de vivencias, de energías: más conectadas al ser, a la tierra.
“Nosotros en Europa, si estamos más desconectados de este tipo de cosas y yo sentía que había una conversión de energía cuando estaba en estos lugares tan poderosos y tan cargados de energía y que me reconectaron... y cuando vuelvo a Europa no me siento así, me siento como en un desbalance, como si no encajaba, empecé a sentirme así. Sentía que hasta encajaba mejor con las personas de estos lugares”.
La pandemia del Covid-19 detuvo una exposición en Perú, pero surgió una nueva oportunidad para venir a México para realizar los proyectos “Inflorescencia” en el Centro Comunitario de Teotitlán de Flores Magón y “Aleteo Negro” en el Centro Cultural de España en México, los cuales fueron comisionados por Acción Cultural Española y el Centro Cultural de España.
“No sé si llamarlo como una huida, pero a veces está bien huir de ti mismo como para volver a encontrarte un poco y también posicionarse en estos lugares, para sacar cosas que están ahí como soterradas, y el paisaje lo saca también de ti”.
En la obra de Cristina Huarte pueden encontrarse el existencialismo, el misticismo y el ecofeminismo; además, a través de ella analiza la posibilidad de “volver a la tierra” para conectarse uno mismo, pero también hay en ellas emociones, vínculos afectivos y el cuerpo humano.
Para la joven creadorea el arte también es una forma de sanar y aparecen conceptos como la cosanación: “la transformación en colectivo a favor de la creación de comunidades de sentido y de vida, permitiendo liberar patrones de vida”.
Aunque estos temas ya los había abordado desde su estancia en Berlín, Alemania, es partir de su encuentro con curanderas y tejedoras de México y Perú que se advierte una evolución en su lenguaje y en el simbolismo, y en los que también se ha descubierto en esos procesos creativos caracterizados por su imaginación y el uso de la intuición.
“A mi me interesa mucho utilizar el proceso creativo para sanar y reestructurar heridas que moldean también la conciencia de una persona y también esto claro es una forma de curación”, apunta en entrevista con EL UNIVERSAL.
En sus piezas pueden apreciarse cuerpos que se retuercen, como si estuvieran desmembrados o dislocados. La artista explica que se trata de una forma de mostrar los procesos colectivos de transformación que estamos viviendo; experimenta con las imágenes, las intuiciones y los sueños, que se proyectan en colores como el negro y con los materiales que utiliza en cada obra.
“Intento, como siempre, ser libre en cuanto a la técnica, volverme a reinventar, también para mí eso implica la sanación. No como algo automático de estar todo el rato repitiendo la misma técnica, me gusta encontrar nuevas formas de inventarme a mí misma, de jugar con los materiales orgánicos, los colores, según cómo voy sintiéndome en esos momentos.
“Como interactuar con las personas que voy conociendo, las historias que me van contando las personas, porque también hago un poco de eso, así como de escritora, porque esta conexión que tengo con las persona a mí me permite dar color o las diferentes tonalidades que yo utilizo, según estas historias que voy creando”.
“Inflorescencia”, su más reciente trabajo está conformado por seis pinturas en óleo, lápiz conté, tizas de color, carbón y quite sobre papel amate; y una escultura. La exposición se inaugura este sábado 17 de junio y se podrá apreciar hasta el 20 de julio de 2023 en el Centro Cultural Comunitario de Teotitlán del Valle, Oaxaca.