"Juniors" tras el poder: hijos e hijas de políticos de Oaxaca negocian candidaturas y retener privilegios

Oaxaca de Juárez.- En el proceso electoral 2023-2024 nuevamente incursionan por un cargo de elección popular hijos e hijas de políticos que durante muchos años se han mantenido en el poder o ocupado diversos espacios en el poder político del estado.

En algunos casos, como el de la hija del actual diputado local del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y quien también ha militado en los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), Samuel Gurrión Matías, en el que éste último ha afirmado que la postulación de su hija fue una negociación con su actual instituto político, tras ser informado de que no había posibilidad de que obtuviera la candidatura para su reelección en el Congreso del Estado.

Sólo en la región Valles Centrales, destacan los “juniors” de la clase política José Antonio Estefan Guillesen, quien indebidamente ocupó una diputación federal usurpando un espacio para una persona indígena. Ahora, es candidato en la primera posición de las candidaturas a una diputación local por la vía de representación proporcional (plurinominal) por el PVEM.

Estefan Guillesen es hijo de José Antonio Estefan Garfias, político que durante casi toda su vida fue militante del PRI, y posteriormente fue candidato del PAN y de la Revolución Democrática (PRD) a la gubernatura del estado de Oaxaca; elección que perdió con el candidato priista, Alejandro Murat Hinojosa. Estefan Garfias ha sido diputado federal en dos ocasiones por el PRI, y ha sido secretario de Finanzas, de Administración, de Gobierno y de Vialidad, entre otros, durante gobiernos priistas. Actualmente, es una de las personas cercanas al gobernador Salomón Jara Cruz.

También está Noemí Susan Gurrión Guillesen, hija del diputado local Samuel Gurrión Matías. Es la primera vez que participa en política y ocupa la segunda posición en la lista de plurinominales el PVEM a una diputación local; su postulación, según declaró su propio padre, se negoció luego de que le negaran una candidatura bajo el argumento de que por género ya no había espacio para él.

En el caso de las candidaturas a las presidencias municipales destaca la postulación de la candidatura suplente a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez por el PRI, Gilma Gamboa Escobar, hija del ex oficial mayor del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), notario público y señalado como presunto prestanombres del ex gobernador José Murat Casab.

Gilma Gamboa es actualmente la notaria pública número 116, al igual que su padre y su hermana Indira Gamboa, que también fue favorecida con un fiat notarial. Además, Gilma Gamboa obtuvo una plaza como profesora de tiempo completo en el Centro Regional de Educación Normal. Ahí, según el Sistema de Información y Gestión Educativa (Siged) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), es profesora de enseñanza superior titular “B” de tiempo completo.

El número de su plaza de docente es 078719E7229000720169 y sus ingresos ascienden a 100 mil 972.542 pesos cada tres meses, es decir, que gana mensualmente 33 mil 660.80 pesos como docente.

Otro de los "juniors" de la clase política de Oaxaca es Pablo Alberto Ramírez Puga Domínguez, quien es hijo de Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, un político que ha militado en el PRI, en el PAN, en el PRD, luego regresó al PRI y ahora es del partido Movimiento Ciudadano.

Su hijo Pablo Alberto Ramírez Puga ahora es candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, Ayuntamiento en el que actualmente es regidor de Salud por el PRI.

El investigador de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), Iván Israel Juárez, resalta el poder político de las familias en el estado, porque no sólo heredan o traspasan el poder a hermanos, tíos, sino también a hijos y nietos, y esto incluye a los hijos de líderes sindicales y de partidos políticos: “herederos de esa clase política que tiene privilegios y que no los quieren perder”.

“Eso se ha remontado de generación en generación, de apellidos que se acomodan, que quieren perpetuar el poder el nivel local y que algunos lo hacen de manera discreta y que otros lo hacen a plena luz del día, o de manera más abierta”, agrega.

También, afirma que es una herencia del PRI porque se ha convertido en una estrategia, en una forma de hacer política, que ya ocurre en todos los partidos políticos.

Una de esas estrategias, por ejemplo, son los matrimonios en las élites políticas y económicas como una forma de mantenerse en el poder y mantener sus privilegios. El investigador menciona un análisis periodístico llamado “Los juniors en el poder”, en el que se revela cómo a partir de tener hijos, sobre todo varones, para que ellos sean quienes hereden el poder político.

Iván Israel Juárez advierte que de la misma forma el poder político y económico en Oaxaca se han llevado muy bien. “Quizá esas familias tienen el poder político y no económico, pero porque se han llevado muy bien con las élites a nivel local y federal. Es decir, la política en Oaxaca tiene nombre y apellido. Pero esos apellidos y nombres no pueden entenderse si no analizamos el contexto nacional”.

No es posible, dice, una explicación sobre el control y el poder que estas familias tienen sin tomar en cuenta los procesos de transformaciones en el país y los vínculos que han establecido con otras familias o dinastías de otras geografías, no sólo de México, sino también de otros países; principalmente con élites económicas que a su vez, perpetúan la concentración de los recursos naturales y económicos del estado.

“Es decir, leyes no escritas, reglas no escritas: la idea de vincularse con diversos actores, sindicatos, cacicazgos y liderazgos políticos en las regiones, que fueron amalgamando una idea clientelar de favores a cambio de lealtades”.

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Una de las consecuencias de esta herencia del poder, afirma, es la ingobernabilidad, la crisis política, conflictos, violencia, protestas sociales de diversos grupos. “Eso es el escenario que está ahí a partir de eso”, señala.

Y propone que para cambiarlo la estrategia debe ser la organización política comunitaria; algo que el estado tiene mucho.

“Oaxaca es una de las entidades con mayor número de organizaciones sociales que están ahí y uno de los ejemplos fue el año 2006, con sus limitaciones, contradicciones y todo lo que está ahí; pero era un poco trastocar el poder político autoritario que estaba, desbaratar esas redes de clientelismo, evidenciar una institucionalidad que prácticamente no funciona”.