La pasión por representar las tradiciones de su pueblo, Santiago Juxtlahuaca, de la región de la Mixteca baja del estado, la trasmite en cada pisada desde hace más de 50 años. A sus 67 años de edad, don Luis Olivo Carrasco no se cansa de interpretar “La Danza de los Rubios”.

Desde hace 17 años, esta pasión la refleja sobre el escenario de la rotonda del auditorio Guelaguetza, durante la fiesta máxima de los oaxaqueños.

La secretaria de Cultura a nivel federal, María Cristina García Cepeda, celebró la permanencia de las tradiciones y festividades oaxaqueñas, tras participar como invitada especial en la Guelaguetza 2017, en su edición matutina.

"Este es el corazón de Oaxaca, vibrando con sus tradiciones, sus costumbres, la riqueza artística; sin duda es la capital cultural. Oaxaca, tradición y orgullo, identidad de nuestro país", manifestó en breve entrevista.

Luego de casi cuatro horas, la primera edición del Lunes del Cerro culminó sin contratiempos y con alta afluencia de visitantes.

En punto de las diez de la mañana, el sonido de la chirimía y el convite de la delegación de los Valles Centrales dio inicio la festividad más grande de oaxaqueños, con la que muestran al mundo la diversidad cultural existente en la entidad y que se refleja en la música, danza y vestimenta.

En contraparte a la Guelaguetza formal de Oaxaca, la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación realiza su fiesta alterna, en el estadio de futbol del Instituto Tecnológico de la capital, cuyas gradas lucen en su mayoría vacías.

La familia López, es de tradición y no ha faltado a ninguna edición. Es originaria de Santiago Apóstol, Ocotlán, en la región de los Valles Centrales, donde los hombres, de generación en generación aprenden y enseñan sobre la cultura oaxaqueña.